La Iglesia se queda en sede vacante. La cátedra de San Pedro estará a partir de ahora vacía. A las 20.00 horas Benedicto XVI ha dejado de ser Papa y ha pasado a ser Pontífice Emérito. Ahora, la Iglesia Católica está a la espera de la llegada del nuevo Papa, el 266 desde que el mismo Jesucristo eligió a San Pedro para dirigir su Iglesia.
El signo del fin del Pontificado para Benedicto XVI se ha producido cuando la Guardia Suiza que le custodiaba en el palacio de Castel Gandolfo le ha retirado la escolta y los apartamentos pontificios han sido sellados por parte del Camarlengo.
Desde este momento, la Guardia Suiza pasará a prestar servicio al Colegio de Cardenales, órgano de gobierno de la Iglesia durante este tiempo y que junto al cardenal Camarlengo Tarcisio Bertone, preparan el Cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.
"No soy Pontífice Supremo de la Iglesia Católica", dijo Benedicto XVI desde el balcón del palacio de Castel Gandolfo, donde residirá a partir de ahora y durante los próximos dos meses. Entonces volverá al Vaticano donde ya habrá un nuevo Papa y él se dedicará a la oración en un convento dentro de los muros vaticanos.
Llega el momento de elegir Papa
A partir de este momento se abre el proceso para la elección papal que culminará con la fumata blanca y el anuncio en la Plaza de San Pedro del conocido "Habemus Papam", que llevará a cargo el cardenal protodiácono.
Tras esto, los cardenales entrarán en la Capilla Sixtina entonando el Veni Creator y comenzarán las votaciones. Los electores ya no podrán comunicarse con el mundo exterior y residirán mientras tanto en la residencia de Santa Marta. Todo el Vaticano será zona de Cónclave, que acabará con la elección papal.
La Iglesia está ahora a expensas de los 115 cardenales, si no hay más bajas de última hora, que tienen derecho a voto y que elegirán al sucesor de Benedicto XVI. Vivirán un momento histórico pues elegirán a un Papa mientras su antecesor sigue aún vivo. El legado del Pontífice alemán pesa y pesará.
Sin embargo, Benedicto XVI ha dicho y repetido que no interferirá en la elección del nuevo Papa y siendo consciente del peso de dirigir la Iglesia Católica sí ha insistido en la oración, en rezar para que los cardenales elijan a la persona idónea para prestar este servicio a la Iglesia, y que como ha dicho estos días no será fácil.
El papel del Camarlengo y del Decano
A partir de ahora los nombres de Tarcisio Bertone y Angelo Sodano, los dos últimos secretarios de Estado, pasan a un primer plano. El primero como Camarlengo y el segundo como decano del Colegio de Cardenales.
Desde su cargo, Tarcisio Bertone ha sido el encargado de sellar los apartamentos del Papa. De haber muerto el Papa, hubiera sido el encargado de comprobar su muerte y quitarle el anillo. Su papel es principal desde las 20 horas de este jueves. Administrará estos días, en resumidas cuentas, los bienes temporales de la Iglesia. Pasará a "cuidar, en nombre y con el consentimiento del Colegio de los Cardenales, todo lo que las circunstancias aconsejen para la defensa de los derechos de la Sede Apostólica y para una recta administración de la misma. De hecho, es competencia del Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, durante la Sede vacante, cuidar y administrar los bienes y los derechos temporales de la Santa Sede, con la ayuda de los tres Cardenales Asistentes, previo el voto del Colegio de los Cardenales, una vez para las cuestiones menos importantes, y cada vez para aquéllas más graves".
Por su parte, el Colegio de Cardenales tendrá también importantes funciones, especialmente el decano, Angelo Sodano. Sin embargo, éste no participará en el Cónclave por tener más de 80 años. La función del decano, entre otras, es preguntar al cardenal elegido si está dispuesto a ser Papa. En cuestiones administrativas, el colegio asume el gobierno de la Iglesia aunque únicamente puede tomar decisiones en asuntos ordinarios e inaplazables y en cuestiones de la preparación del Cónclave. Por ejemplo, Benedicto XVI dio potestad al Colegio de Cardenales de poder adelantar la fecha de la elección.
Sigue siendo Benedicto XVI
Benedicto XVI sigue conservando este nombre y va a ser tratado como "Su Santidad", "Papa Emérito" y "Obispo de Roma Emérito". Del mismo modo, seguirá vistiendo de blanco aunque sin la esclavina, una especie de capa sobre los hombros y que es propia del Pontífice. Por su parte, los zapatos no serán rojos.
Finalmente, el Anillo del Pescador y el sello pontificio no han sido destruidos sino que han sido anulados. Se conservarán. Mientras tanto, Benedicto XVI usa ya el anillo de su etapa como cardenal.