La Unión Europea recibió el premio Nobel de la Paz en reconocimiento de las más de seis décadas de paz y estabilidad en Europa en una ceremonia a la que asistieron veintiún Jefes de Estado y Gobierno europeos, así como los reyes y príncipes herederos de Noruega.
El presidente del comité noruego del Nobel, Thorbjorn Jagland, hizo un llamamiento a los países de la Unión a "actuar juntos" y no caer en proteccionismos "que lleven a ceder ante las trampas del pasado".
Los presidentes de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, del Consejo, Herman Van Rompuy, y del Parlamento Europeo, Martin Schulz, recogieron el diploma y la medalla en que consiste el prestigioso galardón.
"Rindo homenaje a todos los europeos que han contribuido a la paz. Este premio les pertenece", afirmó Van Rompuy, que también mencionó a los padres fundadores de las comunidades europeas. "Sí, sí se puede romper el ciclo de la violencia", agregó el político belga.
Con anterioridad, Jagland subrayó ante los líderes europeos y los reyes noruegos que "la paz no se puede dar por hecha" y que "conviene ganarla todos los días".
Asimismo subrayó a los Veintisiete que pese a la crisis, la Unión Europea debe de seguir avanzando, además de salvaguardar lo que ha ganado y mejorarlo "para resolver los problemas que amenazan hoy en día a la comunidad europea".
El presidente del comité noruego de los Nobel arrancó aplausos al señalar "el gran valor simbólico" que tiene la presencia en la ceremonia del presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, sentados juntos.
Durao Barroso y Van Rompuy sostuvieron el diploma mientras que a Schulz le correspondió, según el reparto de funciones acordado por las instituciones comunitarias, sujetar en sus manos la medalla del Nobel.
Entre los 21 Jefes de Estado y de Gobierno que han acudido a la capital noruega para participar en esta ceremonia figuran además el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, o los primeros ministros de Bélgica, Elio di Rupo, y de Holanda, Mark Rutte.