Las cosas son impredecibles en un PSOE donde el peso de los aparatos cuenta, pero en el que las sorpresas están garantizadas. Que se lo digan a un Pedro Sánchez que "no estaba al nivel" de Eduardo Madina, según diversas fuentes que situaban la batalla entre Susana Díaz, Patxi López, Carmen Chacón, Eduardo Madina... y 'un tal Pedro'.
Hoy ya no están más que dos de los que lideraban las quinielas, y el aspirante sin posibilidades, que mañana será candidato tras reunir más de 43.000 avales de la militancia, doblando los que obtendrá el supuestamente favorito Eduardo Madina, gana en todas las comunidades autónomas en número de avales salvo en dos: Extremadura y Asturias.
Esta ventaja, ayer desvelada por el equipo de Pedro Sánchez a Libertad Digital, es compartida, e incluso aprovechada, por el equipo de Eduardo Madina: "Si David es la red orgánica, es él; si David es la base abierta de la militancia, somos nosotros".
Su lectura es la siguiente: Pedro Sánchez es el aparato, y "quien perdió en las primarias entre Almunia y Borrell fue el aparato", y añaden: "quien perdió fue quien ganó previamente en el número de avales". Si bien reconocen que la situación "no es comparable" porque entonces podían avalar los miembros del Comité Federal, es un argumento compartido y muy repetido por el equipo de Madina.
En el de Pedro Sánchez el argumento es el contrario. "Ganamos de calle", dicen sin contener la euforia de un equipo de campaña que se ha pateado desde hace meses las federaciones y que reconocen, con cierta impostura, "sorpresa" por el "vuelco" que se ha producido en las expectativas de voto.
De ahí, la exhibición de fuerza que hizo este viernes por la tarde al registrar los avales que le permitirán batirse en duelo con su contrincante vasco. Un Eduardo Madina merecedor del mérito de abrir el congreso a la militancia, aunque al mismo tiempo sea su principal lastre, porque a quien torció el brazo fue al todavía secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, alentando las voces de quienes apuntaban a que el cambio de opinión del mismo era "porque el aparato está con Madina".
El aparato de Rubalcaba ya no existe y, en su lugar, hay otro, no menos hábil para moverse en las sombras de Ferraz: José Blanco. Un ex 'diputado raso', ex secretario de Organización del PSOE, ex portavoz del Gobierno, y hoy, miembro del equipo de Pedro Sánchez y con la connivencia de José Bono. No en vano, el jefe de campaña de Pedro Sánchez es el jefe de prensa de Bono en sus tiempos de presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, ministro de Defensa y presidente del Congreso.
Aunque de cara a la galería, ambos juegan al despiste. "Yo me he comprometido a no hacer pública ninguna preferencia que lógicamente tengo. Como dicen en mi pueblo: cuando se acercar los mirones cuando están jugando al mus. Los mirones deben ver, callar y dar tabaco", ha dicho Bono en el Congreso de los Diputados. "Yo no hablo de eso", añadía José Blanco al ser preguntado por su favorito.
Así las cosas, la pregunta es si realmente hay un vuelco en la militancia o sólo en los aparatos; si Pedro Sánchez ya es Goliat y ahora Madina es David; y si en el PSOE ganará el que tiene el aparato o la militancia. Porque eso de que David ganó a Goliat, en el PSOE, siempre puede cambiar.