Kermit Gosnell, de 72 años, fue hallado culpable este lunes de tres de los cuatro asesinatos de bebés de los que se le acusaba y de asesinato involuntario por la muerte de una mujer que falleció por sobredosis de anestesia durante uno de los abortos. Pese a que los fiscales señalaron que buscarían la pena de muerte para Gosnell en la siguiente fase del juicio, finalmente han llegado a un acuerdo por el que se le condena a dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional a cambio de que el médico no apele la sentencia.
Además de los crímenes, Gosnell ha sido condenado por más de 260 cargos por los abortos llevados a cabo en su centro médico, cuya brutalidad había motivado que los investigadores lo calificasen de "casa de los horrores". Su clínica Women's Medical Society, ubicada en el oeste de Filadelfia, estuvo operativa entre 1979 y 2010, cuando fue clausurada a raíz de una queja relacionada con la prescripción ilegal de narcóticos y las autoridades descubrieron el tipo de operaciones que se llevaban a cabo en el interior.
Gosnell y su plantilla, parte de la cual no tenía certificación ni licencias, llevaron a cabo durante años abortos de embarazos en avanzado estado de gestación y emplearon tijeras para cortar la médula espinal de bebés nacidos vivos. Pese a la existencia de quejas contra Gosnell y su clínica durante más de 20 años, el médico nunca recibió una sanción oficial, por lo que fueron posteriormente relevados de su puesto seis funcionarios del Departamento de Salud de Pensilvania.
Debate sobre el aborto y los medios
Este caso ha producido un intenso debate en Estados Unidos sobre el aborto, especialmente cuando se produce en el último trimestre de gestación, y la parcialidad de los medios a la hora de tratar un asunto como éste. Al fin y al cabo los asesinos en serie, y más si las víctimas son niños, son un filón para los medios de comunicación, que se vuelcan en la cobertura de estos hechos. Sin embargo, este juicio comenzó en el más absoluto silencio informativo, pese a que Gosnell podría haber asesinado a más de cien niños ya nacidos. Sólo la voz de alarma dada por unos pocos medios y políticos próvida logró romper el cerco mediático y forzar que las grandes cadenas y periódicos hablaran de ello.
(Imágenes que aparecen en el sumario del juicio)
Por otro lado, el avanzado estado de gestación con que se cometían los abortos y la escasa diferencia material y moral por la que podía ser perseguido Gosnell también han avivado el debate en Estados Unidos sobre la legalidad del aborto, especialmente en el último trimestre. De hecho, dos de los cargos de asesinato a los que se enfrentaba el médico abortista fueron rechazados por el juez al carecer de suficientes pruebas de que Gosnell matara a los dos bebés fuera del útero materno. Unos centímetros de distancia separan una acusación de asesinato de un aborto legal.