La Torre de Hércules
El mítico faro coruñés no es sólo un pedazo de historia que sobrevive de forma casi milagrosa al tiempo, sino también una excelente atracción turística.
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La Torre de Hércules, apuntando a un cielo de un intenso color azul
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Los casi 70 metros de la Torre, desde su base
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La Torre se levanta en un pequeño cerro a unos 50 metros de altura sobre el nivel del mar y ofreciendo unas vistas inmejorables
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Desde la última restauración de los años 90 se pueden ver las bases romanas del monumento
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Una de las escaleras de la subida del Faro
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El interior de la parte superior de la estructura de la Torre
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La costa vista desde lo alto del Faro, con la rosa de los vientos que forma parte del Parque Escultórico que rodea el Faro
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El Faro y en primer plano la curiosa rosa de los vientos, que es uno de los lugares preferidos de los viajeros para hacerse una foto
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La costa junto al faro tiene puntos de singular belleza
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La Torre a contraluz
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El faro, reflejado
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La zona alrededor de la Torre está llena de sendas para pasear junto al mar
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Una de las estatuas del Parque Escultórico que rodea el faro
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Otro punto del bello tramo de costa junto a la Torre
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Los menhires es una de las obras más interesantes del Parque Escultórico
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Otra imagen de los menhires
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Rocas y olas en las cercanías de la Torre
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Desde el paseo que lleva hasta el centro de La Coruñas las vistas sobre el faro romano son también espectaculares
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La zona es elegida por muchos coruñeses para hacer ejercicio
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También en el paseo se ven muchas personas corriendo o en bicicleta
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Desde la otra punta de la bahía coruñesa, donde está el Obelisco del Milenio
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Al caer la noche la Torre de Hércules vuelve a cumplir la misión para la que fue creada hace casi 2.000 años: advertir a los navegantes
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