Los cuentos que Miguel Hernández escribió en papel higiénico a su hijo desde la cárcel
Fue lo último que Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) escribió desde la cárcel. Recluido en el Reformatorio de Adultos de Alicante, a donde llegó desde el Penal de Ocaña, el poeta solo tenía en mente a su mujer y su hijo. Fue para su pequeño Manuel Miguel para quien escribió El potro oscuro, El conejito, Un hogar en el árbol y La gatita Mancha y el ovillo rojo, cuatro relatos que perpetuó sobre seis pequeñas hojas de papel higiénico cosidas en su parte superior por un hilo de color ocre. Los guarda a buen recaudo la Biblioteca Nacional. La editorial Nordica los ha recopilado en Cuentos para mi hijo Manolito.
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Cuentos desde la cárcel
El poeta escribió entre rejas estos cuentos para Manolillo, como él lo llamaba. Dos de ellos fueron publicados por primera vez en 1988, los otros dos no se conocieron hasta el centenario de Hernández.
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Para su Manolito
Los cuatro cuentos representan un gesto de amor de un padre a su hijo en unas circunstancias en las que la esperanza se diluía en una celda. El librito con El potro obscuro y El conejito fue confeccionado por Miguel Hernández con la ayuda de Eusebio Oca Pérez, compañero de prisión, maestro, periodista y responsable de pasar a limpio los textos y realizar las ilustraciones.
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Guardados hasta 2014
El cuaderno manuscrito del poeta fue guardado por Eusebio Oca, que después se lo entregó a su hijo. La Biblioteca Nacional lo adquirió en 2014.
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"Un hogar en el árbol"
"Un día Nita vio un nido en el árbol que había junto a su ventana. -¡Toñito!- dijo a su hermano-. Se ve un nido en el árbol. Y dentro hay huevos. ¡Uno, dos, tres, cuatro huevos!"
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"El conejito"
"A un conejito se le ocurrió echar a correr. Coría y corría, y no dejaba de correr. Corría tanto que pronto se encontró frente a un huerto cercado".
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El gato "más valiente"
Miguel pensaba en su hijo cuando escribió las últimas líneas de La gatita Mancha y el ovillo rojo: "Porque el gato más valiente, si sale escaldado un día, huye del agua caliente, pero, además, de la fría".
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Una granja, una paloma y un pavo
Miguel empezó a dibujar una pequeña granja, con un pavo y una paloma. Apuntan a que, tal vez, imaginase lo que querría hacer en libertad junto a su mujer y su hijo.
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Su último proyecto literario
Victima de bronquitis y de tifus, que desembocó en una mortal tuberculosis, el poeta reunió las fuerzas para dedicarle a su pequeño su último proyecto literario.
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