Todas las 'Chicas Bond'
Se cumplen 50 años del estreno de Dr. No, el primer filme de la saga Bond. El 5 de octubre, el día mundial Bond, no nos podía pasar inadvertido. ¿Y qué mejor felicitación para el agente secreto que una galería de chicas Bond? En esta galería están todas.
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Eva Green fue Vesper Lynd en Casino Royale, la única mujer que partió el corazón de Bond.
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La modelo Olga Kurylenko interpretó en Quantum of Solace a una de las pocas chicas Bond que no pasaron por la cama de 007. A ambos les unía, sin embargo, el afán de venganza por el asesinato de sus respectivos amantes.
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Halle Berry repitió la jugada de Ursula Andress en Muere otro día.
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A Bond poco pareció importarle que la villlana Rosamund Pike fuera lesbiana. En Muere otro día todas pasaban por su lecho de hielo.
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Denise Richards, una inteligente científico en El mundo nunca es suficiente.
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Maria Gracia Cucinotta se portó muy mal en el prólogo de El mundo nunca es suficiente.
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Daniela Bianchi compartió vagón en el Orient Express con Bond en Desde Rusia con amor.
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Sophie Marceau ha sido una de las pocas villanas verdaderamente peligrosas para 007.
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Michelle Yeoh en El mañana nunca muere, otra agente secreto con unas habilidades comparables a las de 007.
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Teri Hatcher sufría las iras del magnate de la comunicación que se enfrentó a Pierce Brosnan en El mañana nunca muere.
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Fanke Janssen, una mala en busca de cariño en Goldeneye.
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Izabella Scorupco, una analista rusa que ayudó a Bond a desmontar el Goldeneye.
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Priscilla Barnes, en Licencia para matar.
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Carey Lowell, mujer de Richard Gere, dio la talla para Timothy Dalton en Licencia para matar.
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Talisa Soto, un personaje ambiguo en Licencia para matar.
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Grace Jones, una presencia amenazante que se redimía al final de Panorama para matar, el último Bond de Roger Moore.
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Tanya Roberts, chica Playboy reconvertida en chica Bond en Panorama para matar.
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Barbara Carrera, explosiva mala de Nunca digas nunca jamás, el regreso de Sean Connery al papel que ya nunca retomaría.
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Kim Basinger también fue chica Bond en Nunca digas nunca jamás.
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Maud Adams, la única que ha repetido en dos películas y diferentes papeles. Aquí, en Octopussy.
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La francesa Carole Bouquet, una vengativa heroína para Roger Moore en Sólo para sus ojos.
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Cassandra Harris fue chica Bond en Sólo para sus ojos. Más tarde, la actriz fue esposa de un futuro Bond, Pierce Brosnan, en la vida real. Murió de cáncer hace ya casi dos décadas.
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Lois Chiles se fue al espacio con Roger Moore en la exitosa Moonraker.
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Barbara Bach fue la espía que amó a Roger Moore en La espía que me amó.
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Caroline Munro, una secuaz de altura para el villano de Sólo para sus ojos. La actriz fue más tarde toda una musa del terror erótico de serie B.
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Britt Ekland en El hombre de la pistola de oro. Si hay que desmontar una base secreta del mismísimo Christopher Lee ¿por qué no hacerlo en bikini?
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Diana Rigg, de vengadora televisiva a esposa de James Bond en 007 al servicio secreto de su majestad, la única aportación de George Lazenby. Gran película, mediocre actor. El destino de ella en la película es un hito en la saga.
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Honor Blackman fue Pussy Galore, otro de los originales nombres salidos de la imaginación de Ian Fleming y Goldfinger.
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Jane Seymour era una adivina en Vive y deja morir, el primer Bond de Roger Moore.
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Jill St. John fue una peligrosa traficante de diamantes en Diamantes para la eternidad. ¿Acaso creen que Bond le importaba eso?
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Martine Bestwick resultó de ayuda para Bond en Desde Rusia con amor.
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Mie Hama hizo su éxotica aportación en Sólo se vive dos veces.
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Jacqueline Bisset ejerció la labor de chica Bond en la parodia protagonizada por David Niven, Casino Royale.
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Shirley Eaton moría bañada en oro en la famosísima imagen de Goldfinger.
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Claudine Auger, una heroína submarina en Operación Trueno, con Sean Connery.
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La primera y la única, Ursula Andress salía cantando de las aguas del Caribe con su caracola y su cuchillo en Agente 007 contra Doctor No. Todo lo demás vino después de ella.
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