La boda de Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher
Los príncipe Guillermo y Claire Lademacher ya se han dado su segundo 'sí, quiero' en la Provenza. Hace cuatro días contrajeron matrimonio en una boda civil en Alemania, y cuatro días después se ha celebrado la ceremonia religiosa. El enlace ha tenido lugar en la basílica de Sainte-Marie-Madeleine, por el sur de Francia. Al igual que la vida de los protagonistas, este enlace se ha caracterizado por la sencillez y la singularidad.
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El príncipe Guillermo llegaba feliz y sonriente a la basílica, de la mano de su madre. La Gran Duquesa de Luxemburgo lució un conjunto de color fucsia con bordados en la parte superior. Los zapatos y el tocado eran del mismo tono.
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La novia acudió a la basílica de Sainte-Marie-Madeleine en un Rolls Royce Phanton de color plata. Llegó de la mano de su padre Hartmut Lademacher. Claire estaba radiante. El vestido era de encaje y con un larguísimo velo bordado, sujeto por una tiara de diamantes en forma de flores. Su ramo era de flores blancas.
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La novia también estuvo rodeada de sus damas de honor y pajes, que todas vestidas de blanco, fueron los pequeños protagonistas de la ceremonia.
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Una de las sorpresas de esta boda fue la sencillez de las alianzas. Los novios las adquirieron en el comercio justo para, más tarde, intercambiárselas para unirse en matrimonio. La pareja se declaró amor eterno en una combinación de alemán y francés.
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Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher salieron de la basílica de Sainte-Marie-Madeleine radiantes de felicidad. Todos los invitados, que esperaban a la salida para felicitarles, les recibieron con un sonoro aplauso y al grito de 'qué se besen' los recién casados se fundieron en un romántico beso.
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El banquete nupcial tuvo lugar en el convento real Saint-Maximim, una celebración de la que pudieron disfrutar los 370 invitados de la boda. Uno de los invitados fue Pierre Casiraghi que acudió a la boda junto a su novia.
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El príncipe Sebastián, hermano del novio, fue uno de los testigos del enlace.
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Los novios que han demostrado en varias ocasiones su apoyo a proyectos benéficos, no han defraudado en esta ocasión. La Casa Real de Luxemburgo hizo público el deseo de los príncipes de donar todos los regalos de la boda a dos de las ONGs en las que participan.
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