Noelia Vera, diputada de Podemos y número dos de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, anunciaba este jueves su decisión de dejar la política institucional y poner a disposición de la formación morada todos los cargos públicos y orgánicos que desempeña en el partido. Junto a este anuncio, que achacaba a cuestiones personales, Vera confirmaba, además, quién sería su sustituta al frente de la Secretaría de Estado de Igualdad: la también diputada de Podemos Ángela Rodríguez.
Su cara es bien conocida por los espectadores de Telecinco, ya que fue una de las elegidas por la cadena de Mediaset para formar parte de la corte de asesoras en Igualdad que acudieron a los platós para reforzar el testimonio de Rocío Carrasco durante la emisión de documental en el que la hija de la Jurado relataba los supuestos malos tratos que habría recibido por parte de Antonio David Flores. Allí, Ángela Rodríguez no dudó en sumarse a todos los que, liderados por Carlota Corredera, decidieron enterrar el derecho a la presunción de inocencia, así como la verdad judicial del caso.
Sin embargo, este no es el único episodio polémico protagonizado por la número dos de Irene Montero. Hace seis años, Rodríguez fue denunciada por FAMMA (Federación de Asociaciones de personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid) por llamar "puta coja" a una compañera de partido con discapacidad en un chat interno de Podemos.
El polémico chat de Podemos
Los hechos se remontan al año 2015, cuando, tras participar en un coloquio feminista en el que no pudo exponer sus tesis como le hubiera gustado, la entonces secretaría de Coordinación e Igualdad de Podemos no dudó en arremeter contra la que fuera líder de la formación en Galicia, Carmen Santos.
Según sus quejas, había sufrido constantes interrupciones por parte de gente de su círculo más cercano y preguntas "a pillar", de tal forma que se sintió "como si todo lo que estuviésemos diciendo fuesen chorradas y no tuviésemos ni idea de feminismos ni de nada en general". Un ambiente que calificó literalmente de "asqueroso" y al que, según denunció ante sus compañeros, contribuyó la presencia de "la puta coja al fondo".
Múltiples peticiones de dimisión
Tiempo después, sus propios compañeros de partido en Galicia reclamarían su destitución "por coherencia" con los principios y el código ético de la formación que, tal y como defendían, debería ser "ejemplar e intolerante con las conductas discriminatorias y vejatorias vengan de donde vengan".
A las críticas internas, se sumaron también las de varios colectivos de personas con discapacidad. Javier Font, presidente de FAMMA, reclamó también su dimisión, calificando las palabras de Ángela Rodríguez de "despreciables y deplorables". En el mismo sentido, Ramón Sestayo Lestón, vicepresidente de la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami) mostró su indignación porque "una representante política que aspira a llegar al poder utilice la condición de otra persona, en este caso, su movilidad reducida, para atacarla e insultarla".
Hoy, seis años después, Rodríguez no sólo sigue en política, sino que sigue ascendiendo tanto en Podemos, como en las propias instituciones del Estado. "Asumiré esta tarea de Secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género con el mayor de los compromisos, toda la fuerza e ilusión. Gracias, Irene Montero, por la confianza —ha escrito en su cuenta de Twitter—. La lucha es por la vida, por los derechos de todas, todos y todes". En las redes sociales, sin embargo, hoy son muchos los que se preguntan si ahí también están incluidos los derechos de las personas con discapacidad.