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Nadie del PP replica cara a cara a Rajoy pese al miedo interno por el avance de Ciudadanos

Feijóo, Alonso o Herrera optan por no acudir a la Junta Directiva. “Voy a dar la batalla”, proclama Rajoy, que anuncia un rearme programático.

El PP se encomendó una vez más a Mariano Rajoy. Cara a cara, nadie se atrevió a reprocharle nada. "Sobreviviremos o moriremos con él", en palabras de uno de los asistentes a la Junta Directiva Nacional. El presidente prometió "dar la batalla" y un "rearme programático" de cara a las elecciones autonómicas y locales de 2019. Y pidió calma. "Habrá competencia pero es normal y no pasa nada. Lo único es que nos obligará a ser mejores y a trabajar más", afirmó. Una vez más, reiteró que lo ocurrido en Cataluña no es extrapolable al resto de España y desdeñó las últimas encuestas, que sitúan a Ciudadanos como el partido más votado en caso de generales. En ningún momento se refirió al juicio de la rama valenciana del caso Gürtel.

Algunos de los integrantes del máximo órgano entre congresos, que reúne a más de medio millar de cargos, se marcharon tal y como llegaron: muy preocupados. El discurso del presidente fue muy similar al de otras ocasiones, centrado en la economía y el pulso separatista en Cataluña. En clave interna, no definió ningún plan claro para recuperar la iniciativa política y frenar el ascenso de Albert Rivera. Su gran anuncio fue que se celebrará una convención nacional en marzo en Andalucía, aunque el propio Rajoy reconoció que toca por estatutos. También se llevará a cabo una campaña de afiliación y actos por todo el territorio nacional, según informó Fernando Martínez-Maillo.

Sin aportar muchos detalles, el jefe del Ejecutivo aseguró que, a partir de ahora, el PP tiene intención de hablar sobre educación, agenda digital, pensiones, cambio climático, conciliación laboral o incluso deportes y vida saludable a través de convecciones sectoriales. No se refirió, eso sí, a los consabidos problemas de comunicación y, de nuevo, hizo muy poca autocrítica. Más al contrario, se dedicó durante gran parte de su intervención a reivindicar su labor y la del Ejecutivo, en especial en Cataluña. "Lo que hemos tenido que hacer no es baladí", defendió, en lo que muchos entendieron también como un espaldarazo a la gestión Soraya Sáenz de Santamaría, en primera fila y que este lunes recuperó su agenda pública. "La respuesta que ha liderado el Gobierno ha sido buena para España aunque acaso no para el PP", añadió.

Rajoy se comprometió a seguir vigilante para que se cumpla la ley y, en este sentido, advirtió de que la aplicación del artículo 155 seguirá en vigor en caso de que Carles Puigdemont pretenda ser presidente desde Bruselas. "No hay margen para ser presidente a distancia, ni por delegación ni por otro tipo de trampa", zanjó, cosechando el aplauso de los suyos. Cuando se refirió a los nefastos resultados del PP en las catalanas, los peores de su historia, sí que confesó "errores" y "frustración" en sus filas. Pero añadió: "No tengo ninguna duda de que vamos a recuperar nuestros apoyos. Recuperaremos a nuestros votantes y conseguiremos nuevos apoyos en el futuro".

Ausencias destacadas

Rajoy elogió el trabajo de Xavier García Albiol, que dejó su silla vacía en la Junta porque "estaba haciéndose una prueba médica". Su paso a un lado al frente del PPC se da por descontado. No fue la única ausencia destacada. Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Alonso, señalados por algunos de sus compañeros en caso de una hipotética crisis de Gobierno, tampoco asistieron a la cita. María Dolores de Cospedal está en Japón de viaje oficial y el veterano Juan Vicente Herrera, una de las voces más críticas con Rajoy, optó por no moverse de Castilla y León.

Quienes sí acudieron a la llamada del líder no hicieron uso del turno de réplica. Silencio rotundo. Rajoy les dijo que las encuestas "son una fotografía de lo que piensa la gente en un momento concreto" y recordó que El País ya se ha equivocado antes con sus predicciones. Se refirió, en concreto, a un sondeo que dicho rotativo publicó el 1 de noviembre de 2015 y que auguraba un triple empate entre el PP, Ciudadanos y el PSOE que después nunca se produjo. Esto es, no hay que entrar en pánico aunque haya que toca poner en marcha la maquinaria electoral.

"Tenemos muchas fortalezas como partido, somos la mayor organización política de España con una óptima implantación territorial. Somos un partido cohesionado", sacó pecho Rajoy. En los últimos días, los barones le emplazaron a que adelantara la designación de candidatos. "Vamos a reforzar nuestra oferta de candidatos para dar respuesta a las necesidades de los españoles", fue lo más que dijo sin dar fechas concretas. Escuchándole, Santamaría, Pablo Casado o Esteban González Pons, conocedores de que están en las quinielas internas. Su entorno directo descartó cambios a corto plazo en el Gobierno, como se sugiere en algunos sectores de la formación.

Rajoy no entró en el cuerpo a cuerpo con Ciudadanos a diferencia de sus portavoces en el PP. "Somos el principal partido de España y sabemos gobernar en los momentos difíciles. De los demás ya sabemos cuál es su gestión o no sabemos nada porque nada hicieron. Hay que dar la batalla y yo, desde luego, la voy a dar como siempre", fue lo más que dijo. No incluyó la lucha contra la corrupción como una de sus prioridades a pesar de que Gürtel volvió a las portadas. A la salida de Génova13, algunos cargos admitían su pesimismo. "Yo no he escuchado ningún plan para recuperar la iniciativa. Todo ha sido previsible. El único anuncio concreto es que vamos a tener una convención", según un líder regional. El ambiente de la reunión, reconocieron diversas fuentes consultadas por este diario, no fue "el de una fiesta".

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