El PP se agarra al voto oculto y al elevado número de indecisos para no caer definitivamente en el pesimismo. El ambiente durante toda la campaña ha sido lúgubre. Los mítines se han celebrado en muchas ocasiones en hoteles apartados, en salones interiores, con un puñado de simpatizantes de edad avanzada. A Mariano Rajoy le ha costado cosechar aplausos. Los mejores momentos, cuando pateó la calle en Badalona y en Casteldefells, aunque se tomaron todas las precauciones para evitar abucheos y momentos de tensión.
Para frenar la hemorragia de votos, el presidente acabó asumiendo todo el protagonismo relegando a Xavier García Albiol a un segundo plano. El peor escenario posible dejaría al PP sin grupo propio en la Cámara autonómica, que se logra con 5 representantes. La dirección nacional asegura que pueden llegar a los 10-11 parlamentarios, pero que bailan hasta 4 escaños que estarían disputándose con los independentistas. Y de ahí que repitan sin cesar que votar a Ciudadanos, creyendo que es el voto útil, puede dar más apoyos a Carles Puigdemonto la CUP. "No es posible una alternativa frente a los independentistas sin un PP fuerte", en palabras de Rajoy, muy crítico con la ley electoral.
El presidente se volcó el último día de campaña. A las siete ya estaba "andando rápido" por la ciudad condal y el PP se apresuró a publicar un vídeo con su "buenos días". No estaba previsto, pero se trasladó después a Figueras, donde visitó el museo del juguete. "Yo de pequeño jugaba al trompo y a las canicas", comentó. Su equipo sopesó que se diera un paseo pero no lo vieron claro. "Viva España", le gritó una señora. También tuvo que escuchar abucheos. Y de ahí a Gerona, llena de lazos amarillos en sus calles. Se eligió un hotel lejos del centro y asistieron al acto poco más de un centenar de personas.
"Cada voto al PP hace más posible el cambio político", proclamó en "el nido de la serpiente", como denominó uno de sus colaboradores a la ciudad de la que Puigdemont fue alcalde. Rajoy articuló un discurso muy duro contra los independentistas y defendió que el voto útil es a su formación y no a Ciudadanos. "Aquí todo el mundo habla" pero "las decisiones las toma quien las toma", destacó, no sin recordar que perder el escaño en esa provincia supone beneficiar a la CUP. "Hay muchas personas que están dudando, que no saben exactamente cuál será su apuesta", avisó para, a renglón seguido, pedir un "último arreón" a los suyos.
El cierre de campaña fue en la ciudad condal ante más de mil simpatizantes. Ni rastro de banderas españolas. "Hemos sido y seguiremos siendo un partido muy importante en Cataluña", auguró Rajoy después de que Albiol le diera las gracias por el maratón de mítines. "Somos un partido seguro, previsible y serio", insistió el presidente. Y se comprometió a defender siempre la unidad nacional y la igualdad de todos los españoles. "El PP es el voto a favor de la libertad, la paz social, la Constitución y el estatuto catalán", proclamó vehemente.
En caso de que la estrategia no dé resultado, como muchos temen en el partido, y las elecciones vayan mal, fuentes de la dirección nacional rechazaron que el presidente tenga que asumir responsabilidades. El propio Rajoy lanzó un mensaje en clave interna desde Barcelona: "Somos un partido cohesionado que sabe mantener la posición en los momentos fáciles, pero también en los momentos difíciles. Eso nos distingue de las demás fuerzas políticas", dijo. El viernes se verá cara a cara con sus barones territoriales en el Comité Ejecutivo Nacional, que se celebrará tras el Consejo de Ministros.