La consejería de Interior de la Generalidad ha destinado una treintena de furgones y más de un centenar de efectivos de la brigada antidisturbios de los Mossos d'Esquadra para blindar la sede de la CUP en Barcelona ante el riesgo de incidentes por la concentración antiseparatista convocada este sábado. La policía autonómica cortó las calles adyacentes al local de la organización separatista y antisistema y montó varios vallados ante la sede y en las esquinas de la calle Caspe con Cerdeña y Marina.
Los dirigentes de la CUP habían instado a la Junta Electoral y al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)a prohibir la manifestación contraria al proceso separatista, convocada entre otras organizaciones por "Somatemps" con el lema "Els carrers ja no són vostres". La Junta Electoral remitió a los abogados de la CUP a la consejería de Interior, que ha dado las instrucciones necesarias para evitar el "escrache".
Además, la CUP ha logrado reunir a medio millar de afiliados y simpatizantes en "defensa" de sus instalaciones. Tenían ante sí a unas cincuenta personas que portaban banderas españolas y coreaban eslóganes como "¡No nos engañan, Cataluña es España!" o "¡Catalanidad es hispanidad!".
El fuerte dispositivo policial impidió que ambos grupos contactaran en la confluencia de las calles Caspe y Cerdeña. Los simpatizantes de la CUP respondieron a las consignas contrarias con que "els carrers seran sempre nostres" y exigiendo la salida de Cataluña de las "fuerzas de ocupación", a pesar de que en el escenario de las protestas encontradas sólo había Mossos y miembros de la Guardia Urbana.