El Gobierno se apresuró a dejar claro que "respeta y acata" la decisión judicial de mandar a prisión a buena parte del antiguo Gobierno catalán sin hacer ningún comentario oficial al respecto. Mariano Rajoy guardó silencio y no tiene previsto hacer declaraciones en los próximos días aunque este viernes presida el Consejo de Ministros. Mientras, en el PP se preparan para una campaña de las autonómicas marcada por "el victimismo" de los independentistas y un ambiente "muy caldeado" en las calles.
Una percepción también compartida por Ciudadanos. De hecho, antes de que la juez enviara a prisión a Oriol Junqueras y a los ocho exconsejeros que comparecieron ante la Audiencia Nacional, Albert Rivera ya advertía en dicho sentido: "Estoy convencido de que van a intentar victimizar en las elecciones", afirmó en una entrevista en la SER. "Pero no les va a funcionar, a nivel internacional no tienen ningún apoyo y en Cataluña los propios independentistas están desconcertados: han visto cómo huían las empresas, los capitales y, ahora, el president", añadió el líder del partido naranja.
Será, pues, una campaña "complicada" en opinión de PP y PSC. Si bien, "la justicia y la fiscalía tienen que ir por un lado y la política por otro", quiso enfatizar Rivera. "Evidentemente habrá victimismo pero en este país hay separación de poderes", se subrayó también desde la candidatura de Xavier García Albiol, el candidato de los populares.
Con la consigna de no comentar las medidas judiciales bien aprendida, en el Gobierno y en Génova enmudecieron. Si bien, en privado, algunos cargos del PP destacaron que Carles Puigdemont es en parte culpable de la orden de prisión para los miembros de su gabinete. "Dio por seguro el riesgo de fuga al marcharse a Bruselas", en palabras de un miembro de la dirección nacional. "Que ahora vayan a pedir explicaciones a su jefe", añadió. "Personalmente, yo creo que se lo merecían", resumió otro miembro de la cúpula en charla informal. En el partido dieron por descontado que, tarde o temprano, el expresidente autonómico "acabará entre rejas" junto al resto de miembros de su Gobierno.
Lo que no se descuidó por parte del Ejecutivo fue el ámbito internacional. Según fuentes de la Moncloa, se llevaron a cabo "los contactos necesarios" con las cancillerías e instituciones europeas para explicar lo ocurrido y defender la separación de poderes. Aprendiendo de errores, los medios de comunicación extranjeros también son foco de atención del Ejecutivo, como se constató con la misiva del embajador de Estados Unidos pidiendo una rectificación al rotativo The New York Times.