Mariano Rajoy sigue sin aclarar sus planes. Según el Gobierno, bastarían 5 días para aplicar el artículo 155 de la Constitución. Oficialmente, tampoco se descartó la Ley de Seguridad Nacional ni una declaración del estado de emergencia o del estado de sitio. Pero "hay que esperar al discurso de Carles Puigdemont y ser prudentes", subrayaron en Moncloa. El presidente sopesa romper su silencio –desde el 1 de octubre se ha limitado a conceder dos entrevistas, una a EFE y otra a El País– y comparecer ante los medios de comunicación una vez escuche al líder catalán. La otra opción sería esperar al miércoles y dar la cara en el Congreso, en un pleno extraordinario que se celebrará a partir de las 16:00h. Determinadas decisiones requieren de la celebración de un Consejo de Ministros.
Llegado el día, desde el PP prometieron contundencia en caso de que Puigdemont remate su desafío separatista. "Rajoy nos ha dicho que va a hacer todo lo que sea necesario, sin renunciar a ningún instrumento que la Constitución y el código penal prevén y que será suficiente", aseguró Pablo Casado, después de la reunión del Comité de Dirección del PP, que presidió el líder del partido en Génova13. "Si se hiciera lo que nadie quiere que se haga, la respuesta va a ser con mano firme, sin complejos", aseveró el vicesecretario de comunicación.
Para un importante sector del PP, es imprescindible que Rajoy actúe con rotundidad. Algunos barones regionales, como Cristina Cifuentes, Isabel Bonig o Xavier García Albiol, perdieron hace tiempo el miedo a mentar el artículo 155. Este mismo lunes, en una entrevista en La Sexta, el líder de los populares catalanes admitió que desconoce el plan del presidente pero que, en caso de que Puigdemont dé el paso ya sea "de manera directa o indirecta", el Ejecutivo no puede andarse por las ramas. "Vamos a pedir la máxima contundencia", avisó. "No se puede permitir un golpe de Estado".
A primera hora de la mañana, en una entrevista en Cope, Soraya Sáenz de Santamaría dejó entrever la posible utilización del 155, aunque con ciertos reparos. "No sé cómo va a redactar Puigdemont su discurso, pero si declara la independencia eso no va a producir efectos, y le corresponde al Gobierno, a través del Senado –en referencia al citado artículo de la Constitución–, adoptar medidas. Estaremos muy pendientes", afirmó la vicepresidenta.
"Todo lo que hagamos tiene que ser eficaz y efectivo y provocar el menor daño posible. Si al otro lado tenemos a un fanático, a nosotros nos corresponde adoptar dosis dobles de cordura y sensatez y un criterio firme y meditado", en palabras de Santamaría. En concreto sobre el 155, precisó que "puede suponer muchas cosas". "Es un artículo que dice muy poco, que se ha estudiado muy poco", añadió. "Hace falta mucho criterio político, mucho consenso con el resto de grupos y medirlo en criterios de eficacia porque las decisiones que adoptemos tendrían que ser decisiones que puedan implantarse, que tengan efectos y causen el menor daño posible", insistió la vicepresidenta.
Casado, ya desde la sede nacional del PP, fue más categórico para advertir a Puigdemont de que "puede acabar como Lluís Companys", en el sentido de que podría recaer sobre él todo el peso de la ley hasta el punto de ir a prisión. "No tenemos nada que ceder ni que negociar con los golpistas. El que declare la independencia, lo mismo acaba como el que lo declaró hace 83 años", fueron sus palabras exactas. Puigdemont, se reafirmó el portavoz popular, "se va a dar de bruces con el banquillo".
El temor de una parte del PP es que, ante la posibilidad de que Puigdemont busque algún tipo de subterfugio para darse más días sin renunciar a la independencia, el Ejecutivo opte por evitar la toma de decisiones. Una posibilidad que, públicamente, ya ha rechazado Albiol. "El Gobierno tiene que actuar y lo tiene que hacer con claridad. La ciudadanía exige una vuelta a la legalidad", en palabras de un destacado dirigente del partido en Madrid, que en los próximos días realizará una campaña para festejar el día de la Fiesta Nacional. "El Rey marcó el camino y es el momento de la determinación, lamentablemente ya vamos tarde", según otro de los dirigentes consultados por este diario. De momento, eso sí, ningún representante del PP ha censurado a micrófono abierto la estrategia de Rajoy a pesar del aldabonazo de José María Aznar de la pasada semana.
Ante las voces que piden actuar y sin demora, en Moncloa replican que hay que evitar por todos los medios que la inestabilidad vaya a más con posibles brotes de violencia en las calles de Cataluña. Santamaría hizo un último llamamiento a los independentistas: "Apelaría a la gente sensata de la Generalitat, a la gente que en algún partido en esa comunidad le queda un resto de democracia y respeto a la libertad, para que no se tiren al precipicio", afirmó en Cope. Si bien, por si acaso, la vicepresidenta aseguró que todos los escenarios están "contemplados" y "trabajados".
A fin de mantener el consenso, Rajoy seguirá manteniendo una línea de interlocución directa con Pedro Sánchez y Albert Rivera, a pesar de que uno y otro han provocado más de un enfado en el Ejecutivo por cuestiones distintas. El primero por ponerse de perfil y el segundo por instar al 155 antes del pleno de este martes. "Vamos a intentar por todos los medios que no se rompa la unidad", zanjaron en Moncloa.