José María Aznar no ve a Mariano Rajoy a la altura de las circunstancias. Está enormemente preocupado por la situación en Cataluña y duda del plan de acción del Gobierno, según su entorno más próximo. Hasta la fecha, había optado por guardar silencio por "sentido de Estado". Pero este jueves, "por responsabilidad", fue demoledor a través de un comunicado de la fundación que él dirige: pide al presidente que convoque elecciones anticipadas si se ve incapaz de actuar ante el golpe separatista.
En concreto, con un análisis titulado El precio de la Libertad, la fundación FAES terció en la crisis de forma clara y directa, denunciando los "errores de diagnóstico y gobierno" en los que "no cabe ya insistir ni un minuto más" y pidiendo a Rajoy que proceda de inmediato "tal y como la nación necesita que lo haga" incluso sin apoyos "si ello retardara o condicionara el cumplimiento de su mandato condicional".
"No se puede pretender hallar ahí excusa aceptable alguna para continuar en la inacción, ni ampararse en cálculos de oportunidad, eficacia y coste. Todas esas cautelas desaparecen cuando se comprende la magnitud de la amenaza", zanjaron desde FAES, aunque sin citar expresamente el artículo 155 de la Constitución. En caso de que la parálisis persista, Aznar reclama elecciones: "Si -Rajoy- no encontrara el ánimo para hacerlo o hubiera de reconocer su incapacidad entonces debería otorgar a los españoles la posibilidad de decidir qué gobierno, con qué propuesta y con qué apoyo electoral" debe enfrentarse al pulso separatista.
Un diagnóstico que provocó un hondo malestar en la dirección nacional del PP. "Ya está otra vez ayudando", en palabras de un miembro de la cúpula. "Si quiere, puede pedir directamente el voto por Albert Rivera", añadió, siempre en conversación informal, otro dirigente de Génova, en relación a la petición del líder de Ciudadanos de que se aplique ya el 155 de la Constitución. En todo caso, este diario ya publicó que importantes barones del PP no entenderían que no se aplicara dicha herramienta constitucional en caso de que se declare la independencia.
En FAES quisieron dejar claro que detrás de la nota está el propio Aznar, quien cree que el Gobierno no le ha hecho caso a pesar de sus muchas advertencias realizadas sobre el órdago independentista. Decenas de avisos a lo largo de los años, según su equipo, como los informes 20 preguntas con respuesta sobre la secesión en Cataluña (2014) o El mito fiscal (2012). Hemos asistido, a ojos del expresidente, a "una rara combinación de triunfalismo y banalización" ante lo que ocurría en Cataluña "mientras el procès avanzaba" así como una "asombrosa falta de comprensión de las dinámicas nacionalistas y de la capacidad de estas para envolver la aparente disparidad de sus componentes".
"En la reivindicación secesionista han confluido el populismo antisistema y el revisionismo del pacto constitucional que desde hace tiempo viene promoviendo un amplio sector de la izquierda decidida a destruir la Transición", según la Fundación FAES.
Y ahora, según Aznar, es el momento de actuar con firmeza y sin demora. Puso como ejemplo a seguir al Rey su discurso del pasado martes. Existe "una nación española que no desiste" y que "por supuesto" también está en Cataluña pero que se encuentra "en una hora crítica", en opinión del expresidente.. "No es posible declarar la democracia muerta en Cataluña y no hacer nada", censuró rotundo.
En síntesis, el que fuera presidente de honor del PP se quejó de la falta de "entidad" de la respuesta gubernamental y de cómo ha generado "una dramática sensación de abandono" en muchos catalanes. Aznar se refirió expresamente al acoso a los guardias civiles y policías, que según su entorno fue "terrible" con un Gobierno "lento" en su respaldo. "El acoso a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, inconcebiblemente eficaz y duradero, no ha hecho más que agravar esa sensación -de abandono-, ante la impunidad de los que saben que si consiguieran desalojar a las Fuerzas de Seguridad, desalojarían, simbólica y realmente, al propio Estado", denunció.
Por todo ello, el Gobierno "debe emplear todos los instrumentos constitucionales que en virtud de las mayorías parlamentarias actuales no sólo están a su disposición sino que tiene la inexcusable obligación de utilizar. Y de hacerlo inteligente y eficazmente. Su mayoría parlamentaria es suficiente para activar toda la potencia política prevista para la defensa de la Constitución", remató Aznar, cuya interlocución con Rajoy es prácticamente nula. Con Soraya Sáenz de Santamaría el distanciamiento también es enorme. "El señor Aznar ya no es del PP", recordaron en Moncloa.