El Gobierno aseguró una vez más que no observará impasible la consumación del golpe. Lo hizo en términos muy contundentes por boca de su portavoz y la ministra de Defensa. "Se dirigen sin complejo alguno" hacia "una dictadura", se quejó Íñigo Méndez de Vigo.
María Dolores de Cospedal, en un acto del PP en Zaragoza, habló de "carceleros de la democracia". "No va a haber referéndum. El estado de derecho no lo va a permitir sin caer en trampas ni provocaciones", destacó. "Estamos todos indignados" por "la infamia constitucional", se revolvió la también secretaria general de la formación.
De momento, eso sí, la respuesta volvió a recaer en el Tribunal Constitucional. Tras el informe favorable del Consejo de Estado, el Consejo de Ministros tramitó un recurso contra la ley de transitoriedad aprobada por el Parlamento catalán y otro contra determinados preceptos de la ley del código tributario de Cataluña y que pretende impulsar una Hacienda propia. Además, en Moncloa pusieron el acento en la "contundencia" de la Fisalía y su orden a las fuerzas y cuerpos de seguridad para impedir la celebración de la consulta del 1 de octubre. "Pretenden dinamitar la democracia", se censuró públicamente por parte del Ejecutivo.
El Gobierno y el partido que le sustenta no ahorraron en firmeza. Los populares celebran un cónclave en Zaragoza, que será clausurado por Rajoy el sábado, y allí ministros y altos cargos fueron durísimos. Lo fue especialmente Cospedal, la titular de Defensa y secretaria general. "Los días 6 y 7 de septiembre, los representantes de la Generalitat y del Parlament cruzaron una línea roja entre la democracia y el golpe antidemocrático", afirmó. Antes, Fernando Martínez-Maillo ya calificó lo sucedido como un "golpe al Estado". "Han sido las 48 horas más negras del parlamentarismo en Cataluña, pero también de defensa de la libertad y la democracia por parte de los partidos constitucionalistas", añadió el número 3 del PP.
No hubo respuesta concreta a la pregunta de qué hará el Gobierno en caso de que la Justicia no sea suficiente para frenar a los independentistas. "Actuaremos con determinación y aplomo", en palabras de la ministra de Defensa, sin citar el artículo 155 de la Constitución o la ley de seguridad nacional. "Todos los escenarios están contemplados y no se descarta nada", reiteraron en Moncloa. "Sin renunciar a nada es sin renunciar a nada", aseveró Méndez de Vigo cuando los periodistas le interrogaron expresamente por el 155. "El Gobierno no anuncia, actúa", suele replicar Soraya Sáenz de Santamaría, que ya dijo públicamente el Estado impedirá la instalación de las urnas.
"Rajoy no puede permitir que se reedite otro 9-N. Nos tiene a todos detrás para salvaguardar la unidad nacional", afirmó un alto cargo popular, en la intermunicipal de Zaragoza. "El PP está al lado de Rajoy y el Gobierno y la democracia", quiso explicitar Maillo. Un sector del partido reconoce que se sentirá decepcionado en caso de que el presidente no cumpla con los prometido en su declaración de este jueves en la Moncloa. "El presidente sabe muy bien lo que tiene que hacer", insistieron sus portavoces autorizados.