Afirmaciones como "democracia es votar, y votar es siempre decidir"; "el referéndum del 9-N es un acto plenamente democrático, plenamente pacífico. Me sorprende que la justicia investigue una convocatoria para escuchar a la gente", o "las urnas no pueden ser nunca el problema", fueron pronunciadas por la misma persona, el expresidente de la Generalidad Artur Mas.
Es más, uno de los argumentos más esgrimidos y estirados por los golpistas catalanes herederos del proceso de Artur Mas pasan por relacionar su referéndum ilegal con la democracia. Así, Carlos Puigdemont,presidente de la Generalidad, ha acuñado proclamas como "un golpe de estado sería prohibir las urnas". También preguntó a Rajoy lo siguiente: "¿Me puede decir por qué no puedo votar? Es algo que no ha hecho nunca hasta ahora. ¿Por qué no nos sentamos a negociar cómo podemos votar los catalanes? Eso es hacer política. Nosotros hacemos política. Los golpes de estado no se hacen con urnas", afirmaba.
En definitiva, para los golpistas catalanes poner urnas en la calle para conocer la opinión de los catalanes mediante el voto no puede ser nunca un delito. Es más, para ellos, lo antidemocrático es retirarlas mediante órdenes judiciales o a través de acciones policiales.
Pero existe un antecedente muy ilustrativo de una intervención policial para retirar cientos de urnas en la calle. Y precisamente en Cataluña, y precisamente bajo un gobierno de Artur Mas.
Fue en mayo de 2014. Podemos había propuesto un "Multi-Rreferéndum" para consultar a la ciudadanía sobre si Cataluña debía o no tener una agricultura transgénica, si era necesario dejar de pagar la deuda, si se debía garantizar el control ciudadano de las políticas energéticas o si era necesario someter a referendo las iniciativas legislativas populares rechazadas en el parlamento catalán. La consulta también preguntaba sobre cuestiones de ámbito local, ya que estaba convocado en 32 comarcas y 120 municipios de toda la comunidad autónoma. Aquel domingo 25 de mayo (día en el que también se votaban las elecciones europeas) se instalaron 250 puntos de votación.
Pues bien. En aquella ocasión, Artur Mas ordenó a la policía autonómica, los Mossos d'Esquadra, que retirasen las urnas de cartón colocadas por los podemitas en las calles catalanas.
Se amparó en aquel momento Mas en una resolución del Tribunal Supremo, que declaró la consulta ilegal después de una denuncia de Vox. Mas justificó su enérgica respuesta al referéndum de Podemos en que nadie podía sorprenderse de que se actúe respetando la legalidad: "Así es como pretendemos actuar de cara al futuro, dentro de los marcos legales existentes", decía.
Más curioso aun es que aquel "multi-referéndum" contaba con el respaldo de los grandes apoyos de la antigua Convergencia ahora en el poder, la CUP y la ANC que, por aquel entonces, capitaneaba la actual presidenta del parlamento catalán, Carme Forcadell.
Casado recuerda el capítulo en pleno golpe separatista
El encargado de recordar este capítulo ha sido el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado. Lo ha hecho en una entrevista en RNE este jueves cuando ha aludido a los tiempos en los que gobernaba Artur Mas y ordenó a los Mossos d'Esquadra retirar las urnas colocadas por Podemos para votar "sobre el IBI o la deuda de los Ayuntamientos".
Casado cree que el principal problema de los golpistas es que "cuando pierden, quieren repetir el referéndum" y que, por este motivo, los gobernantes tienen que ser firmes en la ley y no caer en el buenismo. Además, ha acusado a los separatistas de querer "tapar la corrupción y la quiebra de los servicios públicos en Cataluña" mediante una "manipulación tan grosera y tan absurda".
La moción de censura de Arrimadas
Por último, Casado también ha mencionado la moción de censura a la que hizo referencia este mismo jueves Inés Arrimadas. Para el vicesecretario de comunicación del PP, lo que pretende la líder de Ciudadanos es "conseguir una elección anticipada", lo que es, a su juicio, "una fórmula para votar con garantías, dentro de la ley y con eficacia".
Parlamento "bananero"
Para rematar, Casado describía el parlamento catalán como "bananero" y ha dicho que, "como todos los españoles" anoche se fue a la cama "muy cabreado" y "absolutamente indignado".
Ha aseverado que el Gobierno "no va a tolerar absolutamente nada" y ha apuntado que "la maquinaria que tiene el Estado español para preservar la legalidad es suficientemente potente". Eso sí, ha hecho hincapié en que "muy poca gente" conoce la estrategia de respuesta al desafío secesionista del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: "Las estrategias hay que tenerlas, no que explicarlas; no hay que dar pistas al adversario", ha concluido.