El escaño del presidente permaneció vacío durante buena parte de la segunda jornada de la moción de investidura. Según su equipo, estaba en Moncloa, trabajando. En concreto, haciendo "llamadas internacionales" pero "con un ojo puesto" en el Congreso de los Diputados. "Vendrá a votar", aclararon desde el Ejecutivo ante el revuelo generado por su ausencia. Mariano Rajoy entró en el hemiciclo instantes antes de que tomara la palabra Rafael Hernando, su portavoz.
Con su ausencia, el jefe del Ejecutivo ninguneó a Albert Rivera, su socio de investidura. En los pasillos del Congreso, un miembro de la dirección bromeó mientras el líder de Ciudadanos estaba en la tribuna: "Rajoy estará haciendo deporte, andando rápido". Tampoco estuvo para escuchar al socialista José Luis Ábalos, que se estrenaba en la Cámara. Sea como fuere, desde la Moncloa se elogió que uno y otro se mantuvieron junto al Gobierno en la defensa de la unidad nacional.
Alrededor de las doce y media de la mañana, Rajoy llegó al Congreso y se fue directo a la zona de Gobierno. Cuando le informaron de que Hernando iba a intervenir, ocupó finalmente su escaño. Su equipo restó importancia a que no estuviera durante la mañana: "Tenemos un Consejo Europeo, reuniones internacionales, el presidente se tiene que dedicar a trabajar por los españoles".