El vendaval no paró con la dimisión de Esperanza Aguirre. Un día más, el PP se vio sobrepasado, noqueado, ante la acumulación de noticias negativas. A primera hora del día, la fiscalía encausó por fraude a la delegada del Gobierno en Madrid, la histórica dirigente política Concepción Dancausa. En paralelo, Anticorrupción puso el foco en Cristóbal Montoro por un contrato de Equipo Económico, despacho que en su día fundó el ministro de Hacienda. Y, para rematar, se filtró un SMS de Rafael Catalá a Ignacio González –"Ojalá se cierren pronto los líos", le escribió en 2016– al tiempo que arreciaron las críticas contra José Antonio Nieto, secretario de Estado de Interior, por reunirse con el hermano del expresidente. "Esto parece no tener fin", se desahogó un vicesecretario general en conversación informal con este diario.
La situación es tan delicada que la dirección nacional reconoció que vuelven a palpar "un cabreo" creciente en la calle, incluso en sus círculos más próximos. Y de ahí que se haya dado orden de arropar a Mariano Rajoy y dar la imagen de un partido sin fisuras. Hacía tiempo, desde los meses posteriores a las elecciones de 2015, que los portavoces del PP no tenían que defender públicamente la continuidad de su líder, refrendado en el reciente Congreso Nacional. "Está legitimado para seguir adelante y seguir defendiendo los intereses de los ciudadanos", afirmó Fernando Martínez-Maillo en Antena3. "Tenemos Rajoy para rato", zanjaron al más alto nivel.
Tanto en Moncloa como en Génova se apresuraron a enfatizar que los casos de Aguirre y Rajoy son muy diferentes. Y que, por descontado, el presidente resistirá como siempre ha hecho a pesar de que "sea una pena" que la corrupción esté eclipsando "los datos económicos y las medidas que está tomando el Gobierno", en palabras del coordinador general. "El presidente está tranquilo. Los que estáis nerviosos sois vosotros. Él está hecho de otra pasta", según repitió su entorno.
Pablo Casado se esforzó en explicar por qué la dimisión "por responsabilidad política" de Aguirre era adecuada pero no se le puede pedir eso mismo Rajoy. "Haciendo una analogía podríamos decir que si algún ministro del Gobierno de España o algún vicepresidente tuviera un caso de corrupción, eso sería comparable a lo que ahora está haciendo Aguirre. En el caso del tesorero, es una persona relevante de la organización, pero no trabaja día a día con el presidente", contestó, rechazando que se tuviera que ir por no vigilar a Luis Bárcenas. "Sé que es difícil explicar a una persona cuál es la diferencia, lo que puedo decir es que en el caso de la supuesta corrupción de Bárcenas, el presidente lo primero que hizo fue ir a sede parlamentaria, pidió disculpas por haberse equivocado, luego lo echó, puso la documentación a disposición de la autoridad judicial y tomó medidas", añadió en Onda Cero.
Santamaría está "desaparecida"
Los portavoces que tomaron la palabra trataron de circunscribir los casos de corrupción al PP de Madrid e, indirectamente, a Aguirre. El plan era utilizar su marcha –"Era la decisión que tenía que tomar"– para tratar de recuperar algo de oxígeno. Si bien, la sucesión de nuevas informaciones, con varios ministros implicados, devolvió al PP a la cruda realidad. Catalá y Juan Ignacio Zoido, que también recibió otro mensaje de González, vivieron momentos bastante complicados en la sesión de control al Senado, con la oposición pidiendo ya su dimisión. También Montoro tuvo que dar explicaciones en los pasillos ante una nube de periodistas. "La única opción es sobrevivir a las adversidades", en palabras de uno de los vicesecretarios que estos días está dando la cara ante los medios.
El hecho de que varios miembros del gabinete gubernamental se hayan visto envueltos en el torbellino alimentó la sensación de que la situación está completamente descontrolada. "Esto empezó afectando al PP de Madrid pero ahora ya hablamos del Gobierno de España", deslizaron en Génova, donde en privado repartieron críticas a diestro y siniestro. Por ejemplo, un alto cargo deslizó que "lo de Nieto es algo que tiene muy difícil explicación" aunque "haya sido una simple torpeza". Y precisó que podría pasar factura tanto a Zoido, el titular de Interior, como a María Dolores de Cospedal, próxima a ambos. Soraya Sáenz de Santamaría tampoco se libró de las quejas a puerta cerrada. "Está desaparecida", denunció un parlamentario próximo a Cospedal después de que no apareciera en la Cámara Alta toda vez estaba en Barcelona exhibiendo cercanía con Carles Puigdemont en el Trofeo Conde de Godó.
Y mientras, un día más, Rajoy hizo como si nada fuera con él para frustración de un sector cada vez más amplio del PP. Todavía no se ha pronunciado sobre el arresto del expresidente de la Comunidad de Madrid ni tampoco ha dicho nada sobre Aguirre, con quien habló telefónicamente tras su dimisión. Este martes por la mañana, con el partido en estado de ebullición, su equipo lanzó una fotografía en la que se veía haciendo deporte en un gimnasio de Sao Paulo, Brasil. "Las cosas no son porque sí. La lotería toca a muy pocas personas, y lo que toca es hacer las cosas bien, esforzarse, ser serio y pensar en el medio y el largo plazo", destacó el presidente en uno de los foros que está manteniendo, centrado en la economía. Rajoy tiene prevista una rueda de prensa este miércoles en Uruguay.