El pasado 27 de marzo aterrizaba en los Estados Unidos el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont. Era su primer viaje oficial a ese país y el propósito, según dijo, no era captar adhesiones sino informar del proceso. Habló en un seminario estudiantil en Harvard y fue recibido por tres congresistas americanos republicanos. A pesar de la magra agenda, el viaje duró cinco días en los que Puigdemont, su consejero de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, y el "embajador" en los Estados Unidos visitaron Boston y Nueva York, donde inauguraron una oficina del Barça.
A su regreso y en la sesión de control parlamentaria, esta misma semana, Puigdemont se jactó del nivel de la diplomacia catalana y de sus contactos con congresistas, entre ellos Dana Rohrabacher, muy vinculado a Donald Trump. También presumió de la entrevista con Al Jazeera, cadena a la que avanzó algunos ejemplos de pregunta para el referéndum. Mientras tanto, la "diplomacia" de la Generalidad mantenía su ingente actividad para proporcionar contactos y fotografías al presidente para "internacionalizar" el "conflicto". De modo que en seis días Puigdemont ha vuelto a cruzar el charco porque ha logrado que le reciba el expresidente Jimmy Carter. El dirigente separatista se encuentra desde el jueves en Atlanta y ya ha sido recibido por Carter, con quien ha hablado de la crisis de los refugiados, según la Generalidad. El "tema" del proceso también habría salido en la conversación.
Puigdemont debe regresar inmediatamente a España, puesto que tiene previsto volverse a reunir con el antecitado Rohrabacher y el también congresista Brian Higgins, de viaje por Europa, este domingo.
Con el secretismo de los viajes de Puigdemont se pretende, según el entorno del presidente regional, evitar las "injerencias" del Gobierno español. La ausencia de información también afecta al coste de los desplazamientos, del que el departamento de "Transparencia", también en manos del "minister" Romeva, todavía no ha dado datos.
En cuanto a las "injerencias" del Ejecutivo de Rajoy, precisamente el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, será uno de los interlocutores de Rohrabacher y Higgins en su fin de semana en Barcelona.
La reunión se producirá este domingo y contará con la presencia del general de división y jefe de la Guardia Civil en Cataluña Ángel Gozalo, el jefe regional de la Policía Nacional, José Jiménez Lacasta, y el subdelegado del Gobierno en Barcelona, Emilio Ablanedo.
Después de este encuentro, previsto para las cinco de la tarde, los congresistas cenarán con Puigdemont y el vicepresidente autonómico Oriol Junqueras. Rohrabacher y Higgins también han mostrado interés por conocer a Ada Colau.