En Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Mariano Rajoy prometió una vez más que impedirá que se celebre el referéndum separatista en Cataluña pero, en paralelo, reconoció que en la comunidad se está violando la ley "de forma sistemática". "No pueden saltarse la ley a la torera, es antidemocrático", exclamó el presidente, sin dar detalles concretos sobre su plan para parar los pies a Carles Puigdemont, al que –como es tradición en él- no mentó en ningún momento. Hizo varias referencias a la Constitución, pero en ningún caso citó su artículo 155.
En la clausura del congreso del PP catalán, en el que Xavier García Albiol fue proclamado líder, Rajoy marcó a los suyos las directrices en este "importante momento" e hizo un duro diagnóstico de la situación política que se vive en la región. "Queremos que se cumpla la ley. Es terrible que en el siglo en que estamos tengamos que decir que la ley hay que cumplirse y que sin ley no hay democracia", afirmó. "No pueden negarse a cumplir las sentencias, es antidemocrático (…) saben que no es recibo", lamentó.
Rajoy llegó a la conclusión de que "todo esto -el pulso del Gobierno catalán al Estado- está liquidando el estado de derecho". Y planteó cinco objetivos fundamentales de cara al futuro: "Queremos seguir juntos, que se cumplan las leyes, que las instituciones estén al servicio de todos los catalanes y no solamente de los que procesan una ideología concreta, reconstruir la cohesión interna que el separatismo ha destruido y una nueva etapa de concordia interior que aleje los extremismos", destacó, recibiendo la ovación de los cientos de cargos desplazados al congreso.
Una y otra vez, Rajoy aseguró que defenderá "la unidad de España y la soberanía nacional". "Somos un partido español, constitucionalista y catalán", proclamó, avisando de que una Cataluña independiente quedaría, automáticamente, fuera de la Unión Europea. Así lo dijo también en Roma este sábado, después de suscribir una declaración junto al resto de líderes comunitarios en el que se exige respetar el estado de derecho. "¿Qué ha hecho la UE? Apostar por la unidad y la integración", resumió el jefe del Ejecutivo.
Prácticamente todo su discurso estuvo centrado sobre Cataluña, a donde volverá este martes, en concreto a la ciudad condal, para participar en unas jornadas sobre infraestructuras. "Toca preocuparse de la gente", apostilló Rajoy, que se dirigió directamente a los catalanes para prometerles que no serán olvidados y anunciar una presencia mayor del Estado en la comunidad. "Los extremistas más antidemocráticos son decisivos en Cataluña por la irresponsabilidad de algunos que así lo han querido", afirmó en otro momento de su intervención.
En este sentido, recetó "un poco de sentido común" y reiteró su intención de no romper los canales de diálogo. En este punto, sigue siendo clave el papel de Soraya Sáenz de Santamaría, con despacho en Barcelona e interlocución directa con Oriol Junqueras. Si bien, volvió a trazar una línea roja: "Estamos dispuestos a hablar de infraestructuras, financiación autonómica o dependencia" pero "no se nos puede pedir que sorteemos la ley".
Nada comentó Rajoy sobre el PSOE, bajo el razonamiento de que no debe inmiscuirse en las cuestiones internas de ningún partido, aunque el PP admite que prefiere a Susana Díaz antes que el regreso de Pedro Sánchez. En clave nacional, únicamente pidió "un poco" de estabilidad y no acabar en el Congreso con aquellas reformas que, a su juicio, están funcionando. "Lo reiteraré hasta la saciedad: no voy a adelantar las elecciones", destacó este domingo en una entrevista en El País. "Soy optimista aunque gobernamos en una situación difícil (…) hay que pactar y acordar", se reafirmó en la clausura del cónclave del PP catalán.