Mariano Rajoy firmó junto al resto de líderes de las UE la declaración de Roma, con motivo del 60 aniversario del origen de la Europa comunitaria. "La Unión es una historia de éxito", no se cansó de repetir el mandatario español. El escenario fue el mismo que en 1957: la sala de "los Horacios y los Curacios" del palacio que alberga el ayuntamiento de la capital italiana. Y, al término, sabedor del respaldo de sus homólogos, el presidente lanzó un rotundo aviso a navegantes: "A nadie se le ocurre que en Europa alguien vaya a dar su apoyo a quien pretende transgredir la ley (...) Esto no se le ocurre ponerlo en tela de juicio a nadie".
El jefe del Ejecutivo echó mano de los valores fundamentales de la Unión, explicitados en la declaración suscrita, para advertir de que una hipotética Cataluña independiente -en el texto no hay mención concreta a la situación de ningún país- quedaría aislada por completo. Tras citar "la paz", "la libertad", "la democracia" y "los derechos humanos", Rajoy afirmó que uno de los principios "firmes" del club comunitario es el respeto "del estado de derecho". Esto es, "el sometimiento de todos a la ley". "La alternativa al cumplimiento de la ley es la nada por no decir la selva", destacó, en una breve comparecencia en la embajada de España, antes de continuar participando en los fastos organizados por el Gobierno italiano.
Además, Rajoy destacó que las instituciones comunitarias ya han dejado claro que hacen suyas las constituciones de los países miembros, por lo que Bruselas comparte el mensaje de Moncloa. En los últimos años, han sido varios los mandatarios comunitarios que se han alineado con el español cuando los periodistas han preguntado por Cataluña. "Defenderemos la integridad territorial de todos los Estados, que es algo totalmente diferente a la independencia de una región", subrayó, por ejemplo, Angela Merkel. "Es muy importante que se respete la legalidad nacional e internacional", afirmó en septiembre 2015, tras un encuentro con Rajoy.
Cabe destacar que el presidente visitará dos veces Barcelona en los próximos días. Este mismo domingo clausurará el congreso del PP regional y el martes participará en una jornada sobre infraestructuras. Precisamente, Moncloa ha invitado a Oriol Junqueras y a otros altos cargos del Ejecutivo catalán a participar en dicho acto, en el que se esperan mensajes potentes desde el punto de vista económico.
Evita hablar del PSOE
Por lo demás, Rajoy confirmó en Roma que su plan es llevar al próximo Consejo de Ministros los Presupuestos Generales del Estado. No dio detalles sobre las negociaciones con las formaciones políticas, que según dijo tendrán que continuar tras presentar el texto de las cuentas públicas, ni aclaró qué contactos está manteniendo para cerrar el apoyo del PNV. Hace unos días, dejó en el aire la posibilidad de encontrarse con Íñigo Urkullu la próxima semana. A su juicio, la clave es lanzar un mensaje de estabilidad ya que su ausencia "sería lo único que podría perturbar la buena marcha de la economía".
"A poco que hagamos las cosas de una manera razonable, la economía va a funcionar bien", afirmó el jefe del Ejecutivo, que no quiso ahondar en las cuestiones en clave nacional que le preguntaron los periodistas. Así, rehusó hacer comentario alguno sobre la situación interna que atraviesa el PSOE y dedicó unos segundos para referirse a la crisis política en Murcia. "No sé –lo que ocurrirá con la moción de censura-. Si lo supiera, estaría en una situación diferente a la que estoy", fue su respuesta.