Mariano Rajoy tuvo que reiterar su posición sobre ETA tras filtrarse su encuentro el pasado martes con Íñigo Urkullu, que se desplazó a la Moncloa para informarle de los planes de la banda terrorista. Lo hizo en Vitoria, en la clausura del congreso del PP vasco, que confirmó a Alfonso Alonso como líder regional. El mensaje fue el mismo de siempre, aunque con un grado más de vehemencia por el lugar en el que se encontraba: "Que ETA ponga fin a esto de una vez, que terminen ya, pero no habrá nada a cambio de nada", prometió.
El líder del PP no hizo mención expresa a su cita discreta con el lehendakari, pero dicho contacto copó los comentarios de pasillo en el cónclave, según las fuentes consultadas. Estuvieron alrededor de hora y media reunidos y en el partido dieron a entender que es "imposible" pensar que no hablaran también de los Presupuestos Generales del Estado. El despacho se produjo en un momento clave también en ese sentido: el PP vasco anunció su predisposición a apoyar las cuentas de Urkullu y el PNV fue el único partido que mantuvo su respaldo al Gobierno para intentar sacar adelante el decreto de la estiba.
"Las relaciones van bien, son un partido serio", se transmitió desde la Moncloa a lo largo de la semana, sin desvelar en ningún caso ese despacho, que al formar parte de la agenda privada del presidente "no se transmite a los medios". Incluso el viernes, con el anuncio de ETA ya en todas las portadas, el Gobierno rehusó confirmar contactos e Íñigo Méndez de Vigo aseguró que el presidente supo del movimiento de la organización terrorista en el transcurso del Consejo de Ministros.
Así las cosas, confirmado por el PNV el despacho este sábado por la mañana, Rajoy subió al atril del cónclave popular lanzando su ya consabido discurso sobre ETA. "Dicen que se van a desarmar, me parece bien, pero que lo hagan ya y que también se disuelvan", afirmó. Y, ante los rumores de posibles cesiones, rechazó que el Ejecutivo vaya a cambiar su estrategia. "El Gobierno aplicará la ley como ha venido haciendo siempre y estoy seguro de que Francia también. Es la posición de siempre y es la posición justa y democrática que preserva la dignidad de las víctimas y la más eficaz", razonó el jefe del Ejecutivo. "Esa es la posición final", subrayó.
Como es tradición, tanto Rajoy como previamente Alonso citaron expresamente a las víctimas del terrorismo, que se distanciaron del Ejecutivo en la pasada legislatura por casos como el de Bolinaga. Y, ahora, se mantienen en alerta ante la petición del PNV de un giro en la política penitenciaria para acercar a cárceles del País Vasco a presos etarras. "Vosotros –las víctimas- sois el motor de nuestro compromiso político", proclamó el líder del PP vasco, que prometió dar la batalla para que no se desvirtúe el relato de lo vivido. "Nadie puede legitimar el pasado, hacer falsas lecturas o torcer la memoria. Que no nos digan que esto fue un conflicto", advirtió, provocando el aplauso de las víctimas presentes en el acto.
En su intervención, el presidente elogió a Alonso, consciente de que fue muy duro para él dejar Madrid, y bendijo su negociación con el PNV. "Asumes una enorme responsabilidad, de las más importantes, y yo os pido a todo el partido unidad bajo su liderazgo porque es lo justo y lo habéis querido vosotros", aseveró para, a renglón seguido, ponerse a su "disposición". Después, Rajoy se fue a comer con el líder regional y su nueva cúpula. A saber, Amaya Fernández será la nueva secretaria general y Nerea Llanos -que fue designada por Arantza Quiroga para ese puesto- pasa a ser portavoz y coordinadora general del partido.