María Dolores de Cospedal también seguirá siendo presidenta del PP de Castilla-La Mancha. Así lo confirmó a la dirección del partido a nivel regional después de que, el pasado fin de semana, un grupo de altos cargos se movilizara coordinadamente en las redes sociales reclamándole que continuara al frente de la organización. "No hay otro nombre posible", deslizaron desde su entorno, antes de que este martes oficializara su decisión de presentarse como candidata al congreso. De momento, ningún otro cargo ha dado el paso, y nadie espera que tal extremo se produzca. "No tiene rival aquí".
De esta forma, Cospedal se garantiza tener detrás una de las estructuras territoriales más importantes del PP, toda vez apenas sufre de contestación interna en la comunidad a pesar de que la enmienda en contra de la acumulación de cargos surgiera de Cuenca. Un importante puesto al que sumar la secretaría general de la formación y el ministerio de Defensa. "Todo estaba acordado con Rajoy. En Castilla-La Mancha, no hay mejor opción que ella", insistieron las fuentes consultadas, próximas a Cospedal.
El anuncio lo hizo en el marco del comité de dirección del PP regional, al que dejaron pasar a cuantos cargos quisieran, después de días evitando dar una respuesta concreta sobre sus intenciones. Este martes se abría oficialmente el plazo de las candidaturas. "Quiero deciros que después de hablar con muchas personas –entre ellas Rajoy–, he tomado la decisión de presentar mi candidatura", desveló ante sus compañeros, sacando pecho de su gestión al frente del Gobierno autonómico.
Los asistentes la ovacionaron, algunos llegaron a emocionarse y más de una veintena tomaron la palabra para darle "las gracias". Ella misma tampoco pudo evitar las lágrimas. Ya antes del anuncio, públicamente se repitieron las peticiones para que resistiera, en boca de Carmen Riolobos, Vicente Tirado o Rosa Romero, por citar algunos ejemplos.
Una acumulación de cargos que no gusta tanto en otras estructuras del PP. "Debería dejar algo", comentó recientemente un ministro, en charla informal con este diario. Cabe recordar que Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno, líderes del PP en Galicia y Andalucía respectivamente, mostraron sus reservas a que Cospedal asumiera la secretaría general siendo ministra de Defensa. Y fueron muchos los compromisarios de estas comunidades los que votaron a favor de la denominada enmienda anti-Cospedal, que puso en un verdadero brete a la dirección nacional del PP.
Ahora, con su despacho en Génova, el control del PP de Castilla-La Mancha y el Ministerio, Cospedal está en disposición de dar "cualquier batalla interna", según afirmaron desde la cúpula nacional. "Cuando lleguen las elecciones autonómicas, habrá que tomar decisiones", admitieron las fuentes consultadas. Si bien, hasta entonces, el equipo de la número dos asegura que podrá "compatibilizar" todas sus responsabilidades.