José María Aznar se acomodó "en su sitio" y avisó de que seguirá dando la batalla de "las ideas" y "las políticas", aunque en ocasiones incomode al actual partido en el Gobierno. No se callará pese a que, en ocasiones, "seremos acusados de hacer imposible la convivencia", según sus propias palabras. "España es tarea de todos, no solo de algunos. Cada uno en su sitio", se reivindicó en el estreno de la nueva FAES, acto al que asistieron Javier Maroto y Andrea Levy como representación del PP. No acudió ningún miembro del Gobierno.
Así, el expresidente quiso dejar claro que no romperá su carnet de militante ni fundará un nuevo partido, pero que tampoco pueden esperar de él que guarde silencio ante "un momento clave" de la historia con retos a los que, a su juicio, no se les está dando solución. "La política tiene hoy, tal vez más que nunca, el deber de fijar una tarea generacional para el país; una tarea necesaria y bien asentada en la realidad, y de convocar en torno a ella a un número suficiente de españoles dispuestos a llevarla adelante", razonó.
No hubo un ataque directo a Mariano Rajoy, al que no mentó en ningún momento. Tampoco articuló una crítica clara a su hoja de ruta política, como sí hizo en el plano económico el pasado lunes. Aunque, rememorando los inicios de FAES en 1989, anunció su objetivo de "confrontar ideas" aunque estas no gusten a todos. Insistió: "España es nuestra tarea y queremos hacerla bien, desde nuestro sitio. Ahí vamos a permanecer. Ahí nos podrán encontrar". "Yo ya tengo un partido, que es el PP", declaró recientemente. "FAES no es una torre de marfil ni vive en una burbuja al margen de la realidad", zanjó Javier Zarzalejos, su secretario general, para después revolverse contra las "estrafalarias teorías de la conspiración" de "los detractores" de la fundación.
Maroto y Levy, en el acto
A la salida, los enviados de Génova respiraron aliviados. En segunda fila -la primera estaba reservada a los componentes del patronato-, Maroto y Levy, sin ningún vínculo con la era Aznar, escucharon con cierta tensión su intervención. Después, más relajados, trataron de vender que no hay ningún problema con quien fuera su presidente de honor. "Vamos a seguir escuchando con muchísimo respeto sus reflexiones" y "reconocemos que ha sido una importante figura para el PP y el centro-derecha", declaró Maroto. "Ha sido una aportación a la reflexión muy interesante", añadió Levy. "Tampoco ha sido para tanto", se deslizó en privado.
Nadie más de la cúpula del PP acompañó a Aznar en su nueva etapa, pese a que Javier Arenas o Pablo Casado -en ese momento en 13TV- trabajaron con él codo con codo. Por supuesto, tampoco acudió ningún ministro en activo. "El PP está representado por dos vicesecretarios generales", se expuso oficialmente. Sí asistió Esperanza Aguirre y, en la tribuna, dos exministros –Alberto Ruiz-Gallardón y Josep Piqué- abrieron el pretendido debate por FAES.
Gallardón, muy duro con el PP
Sin duda, Gallardón fue el más duro con el PP, mucho más que Aznar. Entonó el "mea culpa" y censuró que su partido haya optado por "esconder" su ideología para así arañar un mayor número de votos. "Hemos estado escondiendo aquello en lo que pensamos", declaró, revolviéndose contra la ley de memoria histórica de José Luis Rodríguez Zapatero. Minutos después, en una rueda en Moncloa, Rajoy rehusó entrar en polémicas: "No tiene ningún sentido que yo comente lo que digan unos u otros".
"Creíamos que solo con la gestión económica lograríamos el apoyo de los ciudadanos y eso hoy no ocurre. Además de una gestión eficaz, hace falta un proyecto político", fue otros de los razonamientos del que fuera titular de Justicia, que quiso enfatizar que descarta por completo volver a la vida política. "Las batallas que no se dan son las que se pierden", subrayó a renglón seguido Piqué, que felicitó a FAES y llamó a "reconquistar los afectos y las mentes de los ciudadanos" frente a las "ideas simples de los populistas".
Cataluña también centró buena parte del debate, y fue entonces cuando Piqué reclamó más pedagogía por parte del Ejecutivo. A su juicio, hay que responder alto y claro a la máxima independentista de que "usted me viene con la ley pero me impide votar". "Hay que combatirlo" ya que "no hay democracia sin respeto a la ley", destacó. Aznar, sobre el pulso separatista, sí fue bastante claro: "No creo que exista moderación alguna en el hecho de incumplir las leyes; no creo que exista virtud cívica alguna en el hecho de oscurecer el compromiso con la libertad de la nación y sus instrumentos esenciales", remató.