José María Aznar agitó conciencias con su comunicado de tres párrafos en el que se sintió "consternado" por el fallecimiento de Rita Barberá. "Lamento que haya muerto habiendo sido excluida del partido al que dedicó su vida. Y lamento que haya muerto antes de ver archivada la causa contra ella y, con ello, restablecido el buen nombre que para mí siempre tuvo", escribió. Un texto "demoledor" a ojos de no pocos cargos del PP consultados por este diario.
Además de reivindicar su papel como alcaldesa de Valencia, Aznar quiso poner en valor "su figura" en el seno del partido del que es presidente de honor. Si bien, a Barberá se le obligó a entregar su carnet de militante cuando el Tribunal Supremo movió ficha contra ella y la dirección nacional se alejó lo máximo posible de ella. Públicamente, también lo hizo Mariano Rajoy. "Con su muerte perdemos a una española orgullosa de serlo", en palabras del responsable de FAES.
Aznar no defendió a Barberá cuando el PP la apartó y ésta tuvo que buscar acomodo en el Grupo Mixto del Senado. Si bien, sus palabras generaron un importante debate interno. De hecho, varios dirigentes -incluso en público, en voz de Carlos Floriano- reclamaron "una reflexión" sobre el proceder del partido con respecto a Barberá. "Ha sufrido una cacería totalmente injustificada. Lo siento de verdad. Es una situación tristísima", en palabras de Jesús Posada.