Mariano Rajoy no pasó apuros en su regreso al Senado. Recibió la ovación de los suyos y nadie hizo uso del turno de réplica en la reunión del grupo pese a que pronunció su ya consabido discurso sobre las prioridades de una legislatura en la que "habrá que ser hábil y tener buena mano". Después, en la primera sesión de control, al presidente se le vio muy cómodo. "Todo el mundo dice muchas cosas" pero "es imposible cumplir el déficit, aumentar el gasto y bajar impuestos", trasladó a sus interlocutores políticos. Cristóbal Montoro no dudó en desmentir a Ciudadanos, partido al que recordó que no es socio de Gobierno.
En una declaración ante los medios de comunicación, el presidente aclaró que no pretende aprobar los Presupuestos hasta el próximo año y que antes de Navidad -la próxima semana se reunirá el Consejo de Política Fiscal y Financiera- pasará por el Consejo de Ministros el techo de gasto y el objetivo de déficit. Y, tanto con los periodistas como después en el hemiciclo, insistió en su oferta de "diálogo" para hacer "de la necesidad virtud" y llegar a grandes acuerdos de Estado.
A partir de ahí, Rajoy dibujó sus líneas rojas, de cara la negociación con el resto de partidos. "Habrá que cumplir con las instituciones europeas, controlar el gasto público y no tengo intención de subir, al menos, los grandes impuestos como el IRPF y el IVA", destacó. Esto es, abre claramente la puerta a modificar Sociedades e Impuestos Especiales, para lo que ya se prepara con pesar el PP. A renglón seguido, Montoro se dedicó a corregir a Ciudadanos en charla informal, y avanzó que el gasto tendrá que reducirse en al menos 5.000 millones. "No vamos a subir impuestos para autónomos y Pymes. Sí a grandes empresas", se deslizó también desde Hacienda.
Mientras, el presidente sacó pecho de que el 63,5% del PIB esté destinado a "gasto social" aunque, en aras del entendimiento, tendió una vez más la mano al PSOE, cuyo portavoz, Vicente Álvarez Areces, evitó un tono duro y bronco con Rajoy. "Tan interesado en aumentar el gasto social como usted estoy yo" y "les invito a que nos sentemos" y "hagamos menos discursos y más políticas interesantes", dijo el jefe del Ejecutivo.
Incluso se mostró proclive a entenderse con Podemos, en su rifirrafe con Ramón Espinar. "En lugar de criticar tanto", arguyó, "le pido que se sume al debate para garantizar la sostenibilidad de las pensiones aportando sus ideas y propuestas". De hecho, citó algunas medidas de la formación morada con las que podría estar de acuerdo, como la de suprimir los regímenes especiales de cotización para nuevas afiliaciones. "Le invito a usted -Areces-, igual que hice con el señor Espinar, a que nos sentemos, dialoguemos, en el Pacto de Toledo, o donde proceda. y empecemos a tomar decisiones eficaces", se reafirmó.
Santamaría sigue acercándose al PNV
Por su parte, el guiño al PNV vino por parte de Soraya Sáenz de Santamaría, también protagonista en el regreso del Gobierno a la Cámara Alta. Antes, Rajoy ya había circunscrito "al País Vasco" el acuerdo de los nacionalistas con el PSE, y se limitó a recordar que él siempre negociará dentro del marco constitucional. A renglón seguido, la vicepresidenta tendió puentes una vez más: "Estamos dispuestos a entendernos y sabe que tenemos sensibilidad foral" pero "la relación tiene que ser de ida y vuelta", contestó a Jokin Bildarratz.
Santamaría apuntó dos temas en los que el Gobierno está dispuesto a ceder. Por un lado, en infraestructuras, y citó la denominada "Y vasca". Y, además, "tendremos tiempo para seguir hablando del cupo", en palabras de la vicepresidenta. "Si miramos más a los vascos que a las competencias, a lo mejor llegamos a mejor puerto", se mostró conciliadora, restando importancia a los recursos presentados ante el Tribunal Constitucional.
"Ni usted ni yo, ni ninguno estamos legitimados para saltarnos la ley a la torera. No podemos incumplir la ley", zanjó Rajoy, en respuesta a ERC. Algo que también repitió Santamaría, aunque evitando romper todos los puentes, toda vez su objetivo pasa por reconducir el diálogo con la Generalidad. "Quieren hablar de infraestructuras, hablemos. Siempre dentro de la ley y defendiendo la lealtad institucional", remató.