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Sáenz de Santamaría dota de plenos poderes a Millo en Cataluña y degrada a Albiol

La vicepresidenta afirma en la toma de posesión del nuevo delegado: "Hemos elegido a Millo sobre todo porque es buena persona".

La vicepresidenta afirma en la toma de posesión del nuevo delegado: "Hemos elegido a Millo sobre todo porque es buena persona".
Soraya Sáenz de Santamaría saludando a Millo | EFE

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha presidido la singular ceremonia de toma de posesión del nuevo delegado del Ejecutivo en Cataluña, el exdiputado Enric Millo. La presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, contrastaba con la del representante de la Generalidad, el consejero de Asuntos Exteriores y Relaciones Institucionales, Raül Romeva, al que Millo rebajó en su parlamento a consejero de "asuntos institucionales".

Sáenz de Santamaría confirmó el cambio de estrategia del Gobierno con el proceso separatista y depositó grandes esperanzas en las bondades del diálogo y las habilidades del nuevo representante gubernativo. Así, afirmó: "Quiero que Millo sea el cauce de comunicación constante entre los catalanes y el Gobierno de España. Esa persona que sepa interpretar y traducir sus peticiones y necesidades. Tiene que ser la mano derecha y en esta etapa la mano izquierda para construir el diálogo y el entendimiento".

Sin renunciar en principio al marco constitucional, la número dos de Rajoy elogió que "Millo es un profesional respetado que en un determinado momento y que una de las razones por las que había sido elegido para suplir a Llanos de Luna era su trayectoria política, que comenzó en 1995 de la mano de Unió. No obstante, Sáenz de Santamaría desveló respecto a Millo que "sobre todo lo hemos elegido porque es buena persona y el carácter de las personas marca también el de las instituciones".

Investido Millo como nuevo hombre fuerte del PP catalán, Xavier García Albiol quedó en un oscuro segundo plano, citado por el propio delegado como "coordinador" del PP catalán. La vuelta de tuerca llegó con los encendidos elogios que el nuevo titular de la delegación del Gobierno vertió sobre Alicia Sánchez Camacho, a la que aludió como "presidenta" del PP catalán, cargo que ostentará hasta que el PP catalán celebre su aplazado congreso.

El discurso de Millo tuvo dos partes. La primera, un extenso listado de agradecimientos, sobre todo a la familia y a su esposa, la dedicatoria especial a Alicia Sánchez Camacho con toda clase de parabienes a la dirigente popular y el recitado de autoridades, exautoridades, la plana mayor del PP catalán con el exministro Jorge Fernández Díaz incluido, amigos y conocidos presentes en la abarrotada sede de la Delegación del Gobierno en Cataluña.

La segunda, una clara oferta al bloque separatista que impulsa el "proceso". Millo declaró que pretende "tender la mano a la Generalidad y los ayuntamientos como mejor camino para la convivencia y el bienestar, para recuperar la tranquilidad y distender el clima político, pero sin renunciar a nuestros valores".

El sesgo de las intervenciones de Millo y de la vicepresidenta dejó claro el papel de liderazgo del nuevo delegado en todo lo relativo al expediente catalán y las funciones de interlocución con el Gobierno, algo en lo que insistió Sáenz de Santamaría y que reduce sensiblemente el papel de Xavier García Albiol, líder en funciones del PP en Cataluña.

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