Mariano Rajoy quiere una legislatura de cuatro años. "No se me pasa por la imaginación una disolución de las Cortes", proclamó tras reunirse con el monarca. Como estaba previsto, el Rey le encargó que vuelva a someterse a la votación de investidura y él aceptó el encargo. En esta ocasión, gracias a la anunciada abstención del PSOE, "sin más demoras y sin ningún tipo de recelo". "España ha vivido una situación sin precedentes en nuestra historia", subrayó, dando por descontado que el sábado por la tarde acabará el periodo de interinidad y será investido presidente.
A partir de ese momento, Rajoy reconoció que se abre un tiempo que en nada se parecerá su cómoda mayoría absoluta. "Habrá que conjugar responsabilidad y compromiso", destacó. "Diálogo" fue una de las palabras que más repitió durante toda su comparecencia, amén de que llegó a admitir que tendrá que "ganarse" día a día los apoyos parlamentarios necesarios para, por ejemplo, sacar adelante las cuentas públicas. "Sin que nadie pierda sus referencias", matizó, aunque cediendo todos.
En las últimas horas, el líder del PP volvió a despachar telefónicamente con Javier Fernández, aunque no le sacó el tema de los Presupuestos. De su homólogo socialista sigue destacando su buen talante, como quiso enfatizar en una charla informal con periodistas, pero rechazó que tenga con él ningún acuerdo. A micrófono encendido, volvió a agradecer al PSOE su giro en aras del bien común. "Lo importante es la voluntad de acuerdo", afirmó, y no se cerró a reformar la Constitución. "En lo esencial, como es la unidad nacional, estamos de acuerdo", sostuvo, aunque añadió que no habló de ello con don Felipe.
El papel de Cospedal y Santamaría
Como siempre que ha acudido a Zarzuela desde el pasado 20 de diciembre, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría le esperaron en Moncloa para después acompañarle a su encuentro con los medios. Jorge Moragas también formó parte de su reducido séquito. "¿Mantendrán -los tres- su confianza en un futuro próximo?", le preguntaron, y todos sonrieron incómodos. "No tengo perfilado el -nuevo- Gobierno, ni siquiera he pensado en este asunto, porque hasta que no tuviera claro el debate de esta semana no tenía sentido que lo hiciera", contestó. Según Moncloa, el anuncio podría no ser inminente tras ser investido presidente. "No hay prisa", zanjaron, aunque se especuló con la posibilidad de que el Ejecutivo esté nombrado la tarde del domingo.
Para Rajoy, lo importante es ir superando etapas, y lo primero es su discurso de investidura, este mismo miércoles a las seis de la tarde. Según afirmó, no diferirá mucho del articulado en su primer intento, aunque con constantes referencias al entendimiento. En este punto, agradeció el respaldo de Ciudadanos y destacó las medidas acordadas con dicho partido, como un pacto por la educación. "Que habrá que hablar y dialogar mucho es evidente, lo diré en mi discurso", apuntó. "Los tiempos son los que son y las circunstancias son las que son", llegó a reconocer. Y sentenció: "Hoy celebro que ese entendimiento se pueda abrir paso, aunque sea de forma limitad, con un acuerdo clarísimo y rotundo, para evitar repetir las elecciones".