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La pugna entre Santamaría y Cospedal marcará la decisión final de Rajoy

“No me voy a merendar la cena”, contesta Santamaría sobre su futuro. Cospedal tiene pendiente hablar con Rajoy y Moragas seguirá siendo clave.  

“No me voy a merendar la cena”, contesta Santamaría sobre su futuro. Cospedal tiene pendiente hablar con Rajoy y Moragas seguirá siendo clave.  
Santamaría y Cospedal, escuchando a Rajoy en una rueda de prensa en Moncloa. | Imagen TV

Mariano Rajoy seguirá apoyándose en Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en la próxima legislatura. Las dos han jugado un papel clave en la vida política del líder del PP desde el año 2008, cuando situó a la primera al frente del Grupo Popular en el Congreso y designó a la segunda secretaria general de la formación. Desde entonces, la influencia de ambas ha ido a más como también su enemistad. Y de ahí que la pregunta que muchos se hacen en el PP es de qué lado caerá la balanza una vez el jefe desvele su nuevo gabinete gubernamental.

Sin duda, la pugna entre Santamaría y Cospedal es una de las cuestiones que más morbo político provoca de puertas para adentro y también en los medios de comunicación. Rajoy es consciente de su aversión, pero nunca ha llegado a dar un golpe seco en la mesa. Los entornos de una y de otra siempre han visto próxima la caída de la rival en la sombra, pero el tiempo siempre ha acabado por echar por tierra esas pretensiones. El presidente "ya ha visto la luz sobre Soraya", se deslizaba recientemente desde la cúpula del PP de Castilla-La Mancha. Mientras, próximos a la vicepresidenta siempre han visto a Cospedal "de salida".

En el PP dan por descontado que Rajoy cuenta con ambas y tiene una conversación pendiente con ellas, por supuesto por separado. En el caso de Santamaría, la duda estriba en si mantendrá el enorme poder político que hoy tiene en calidad de vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo. El CNI depende directamente de ella. Además, sus colegas más próximos en el Consejo de Ministros tienen muchas papeletas de repetir, como Rafael Catalá -que el jueves se reía sobre las distintas hipótesis en el patio del Congreso- o Fátima Báñez -muy aplaudida por su papel en las negociaciones con Ciudadanos-. "Será vicepresidenta, seguro", han repetido prácticamente todos los cargos consultados por este diario en los últimos días.

"No me voy a merendar la cena"

En síntesis, Santamaría quiere conservar su enorme poder en la Moncloa, aunque públicamente sea muy prudente. "Sigo fiel a mi esencia. No me voy a merendar la cena", contestó sonriente este viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Si bien, en el PP dan por descontado que la llegada de Cospedal a un ministerio "potente" como Interior podría provocar fricciones. "Reactivaría al bando contrario", deslizan. Aunque lo verdaderamente importante es si Rajoy permitirá que entre en el gabinete y siga dirigiendo el partido en calidad de número dos.

Para empezar, Cospedal no se plantea en ningún caso dejar la secretaría general hasta la celebración del congreso nacional, aún sin fecha pero previsto para el primer trimestre de 2017, y en el que se prevén importantes batallas. Y desde su equipo avisan de que podría continuar cuatro años más en el cargo. "Tras perder la presidencia de Castilla-La Mancha, sufrió un bajón pero ahora está fuerte y con muchas ganas", según un alto cargo de la estructura regional, que es completamente fiel. Aún más, no se cansan de desmentir que no ejerza como número dos, aunque ahora esté más centrada en el trabajo de despacho y no comparezca tanto ante los medios. "Por mucho que malmetan, es la secretaria general", y de ahí que no haya semana que no tenga un viaje para reunirse con direcciones regionales del partido.

El papel de Moragas

Si Cospedal fuera ministra y también secretaria general estaría marcando un hito en la era Rajoy, toda vez se encargó de separar el Gobierno del partido, a diferencia de la estrategia seguida por José María Aznar. Un extremo que muchos ponen en duda en Génova y en Moncloa, sean cuales sean los deseos de la protagonista. "Yo creo que no seguirá", deslizó un vicesecretario general en charla informal esta semana, para poner en valor a renglón seguido el perfil negociador de Fernando Martínez-Maíllo, el responsable de Organización. "Somos una piña", remató, sacando fuera del grupo tanto a Cospedal como a Javier Arenas, aunque "se les escuche con atención". E insisten prácticamente todos: "Lo que no puede hacer Rajoy es dejar desierto el partido".

En el cinturón de confianza de Rajoy, además, está Jorge Moragas, su actual jefe de gabinete y responsable de sus últimas campañas electorales. Él fue uno de los muñidores de los cambios en Génova tras la debacle en las autonómicas y locales y, según desliza en privado, erran las quinielas que le sitúan como recambio de José Manuel García Margallo al frente del departamento de Exteriores. "Nadie sabe ni sabrá nada hasta el último momento", repiten aquellos que se saben en el punto de mira. Aunque, a renglón seguido, hasta quienes anunciaron su marcha -como Luis de Guindos o Pedro Morenés, que ni formaron parte de las listas- precisan que están "a disposición" del presidente. De hecho, se dedicaron a dejarlo claro en charlas informales en la Carrera de San Jerónimo.

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