Renovación o continuidad. El debate se ha instalado con fuerza en el PP, toda vez se da por seguro que Mariano Rajoy logrará superar una nueva votación de investidura la última semana de octubre. Pasado ese trance, la siguiente cuestión pasará a ser qué tipo de Gobierno confeccionará el hoy presidente en funciones. "Solo el jefe decide", zanjaron desde su entorno. Si bien, en el Ejecutivo y en el partido ya se está hablando entre bambalinas y llevando a cabo movimientos discretos. "No me metas en líos, eso es muy delicado", rehuyó el tema un miembro de la cúpula en conversación informal con este diario.
En síntesis, la pregunta que muchos se están haciendo en privado es si Rajoy ha de soltar lastre o debe mantener a los integrantes de su vigente Consejo de Ministros, conformado en buena parte por aquellos que se denominan "amigos personales". Actualmente, recuerdan desde el entorno del presidente, el gabinete es muy reducido y varias carteras necesitan de titular. "Caben en una mesa camilla", deslizan, después de que Rafael Catalá asumiera las competencias de Fomento tras la marcha de Ana Pastor al Congreso o Luis de Guindos las de Industria por la marcha forzada de José Manuel Soria por sus vínculos con paraísos fiscales.
En el PP dan descontado que Rajoy aprovechará esos huecos para incluir rostros nuevos en el Ejecutivo, pero un sector de la formación ansía ir un paso más allá y apunta a la necesidad de un ajuste más amplio y que toque a "los ministros quemados", como se encargan de deslizar sin cámaras delante. Barones y altos cargos coinciden: "Son necesarios algunos recambios". Esto es, cambiar caras para impulsar al futuro Gobierno. "Es necesaria la renovación", en palabras de un barón autonómico con cada vez más peso en el partido.
Cristóbal Montoro es uno de los ministros en la diana de sus propios compañeros. En el PP llevan tiempo sin querer saber de él, no se le llama para que participe en mítines o actos de la formación, pero él ha adoptado un perfil discreto y mantiene una línea de comunicación directa con Rajoy. "Está tranquilo". Jorge Fernández Díaz, más aún tras la polémica de las escuchas –"Tendría que dimitir solo por el hecho de que se le haya espiado en su propio despacho", en palabras de un líder local–, o José Manuel García-Margallo, con enemigos tanto en Génova como en Moncloa –la vicepresidenta no le quiere en sus comparecencias–, son otros de los señalados.
A la lista se suma Guindos, que en su día dijo que estaba de retirada –no formó parte de las listas electorales– pero que en el PP ven con muchas ganas de continuar pese a su implicación en el escándalo de Soria y el Banco Mundial. "No dijo la verdad a Rajoy", llegaron a sugerir en círculos populares, quedando en evidencia su distanciamiento con Soraya Sáenz de Santamaría. Sea como fuere, será él quien acompañe a los Reyes a la Cumbre Iberoamericana los días 28 y 29, después de que el jefe del Gobierno haya tenido que cancelar su asistencia por la investidura.
En principio, en la foto del nuevo Gobierno seguirá estando Santamaría, aunque habrá que comprobar si con el mismo poder que en estos momentos. Es vicepresidenta, ministra de la presidencia, portavoz y controla el CNI. Además, en el equipo más próximo a Rajoy reconocen que está "muy contento" con Isabel García Tejerina, actualmente en Agricultura, y también con Catalá. Además, prácticamente nadie duda de que seguirá contando con Fátima Báñez, cuyo papel en las negociaciones con Ciudadanos no ha pasado desapercibido y su vínculo con el PP es muy fuerte. Íñigo Méndez de Vigo despierta más dudas, principalmente en Génova, y el runrún de que Jorge Moragas, hoy jefe de gabinete, podría ser ministro es bastante fuerte.
La tesis más extendida entre los barones y altos cargos –la gran mayoría de la cúpula– en conversación con este diario es que Rajoy optará por "un mix" y diseñará un Gobierno más político que técnico. "Hace falta un gobierno muy político para negociar, donde se conjuguen experiencia y renovación", según un barón regional. Y, a la hora de enumerar los posibles caídos, los nombres se repiten: "Montoro", "Margallo", "Fernández Díaz". "Hay ministros que se tienen que ir a casa. De lo contrario, traerían más problemas que soluciones", en opinión de un vicesecretario general, con la vista puesta en el diálogo que se abrirá con Ciudadanos. Varias de las fuentes consultadas reconocieron que hablan entre ellos sobre qué debería de hacer el líder.
En este análisis, las fuentes consultadas también precisaron que Rajoy no caerá en el error de "dejar el partido vacío otra vez". "Esto sí es información, no especulación", añadieron. En otras palabras, no todos los nuevos vicesecretarios tendrán acomodo en el futuro Ejecutivo, aunque se señale con insistencia a Pablo Casado o Javier Maroto como nuevos rostros gubernamentales, por poner un ejemplo. El presidente también tendrá "una conversación" con María Dolores de Cospedal, que en contra de lo que se ha publicado "sigue ejerciendo al 100%" como secretaria general del PP; cargo que en principio mantendrá hasta el congreso nacional, que en teoría se celebrará en el primer trimestre de 2017. El control que Fernando Martínez-Maíllo tiene del partido y su interlocución directa con Rajoy le hace perfecto, llegado el caso, para el puesto de número dos.
Sea como fuere, "es competencia del jefe" y éste no dio muchas pistas en los tradicionales corrillos del Doce de Octubre. "Rajoy se guarda muy bien eso para él y suele acertar", destacó un vicesecretario. "Son hipótesis, no creo que esté hablando con nadie", le dijo Cristina Cifuentes esta misma semana a Federico Jiménez Losantos. Cabe recordar que algunos de los elegidos en otras ocasiones por el líder popular recibieron su llamada solo horas antes de que se fuera a hacer el anuncio. "No sé lo que tendrá pensado, pero está claro que el Gobierno actual ha caducado y necesitamos un impulso y que los nuevos ministros quieran y sepan negociar con Ciudadanos", remató un citado barón autonómico.