El parlamento catalán ha dado una nueva vuelta de tuerca al proceso separatista. En la línea de un desafío total al Estado, Junts pel Sí (Convergència y ERC) y los antisistema de la CUP ha aprobado este jueves media docena de resoluciones que establecen un nuevo calendario catalán al tiempo que endurecen la denominada "hoja de ruta". En septiembre del próximo año deberá celebrarse un referéndum bajo las siguientes condiciones: una pregunta que sólo admita un sí o un no, que el resultado sea de carácter vinculante y que ganará quien sobrepase el 50%. Que haya un mínimo de participación no consta en el texto, pero sí la necesidad de que los partidarios del sí y los del no tengan el mismo espacio publicitario y que haya un seguimiento por parte de observadores internacionales.
Junts pel Sí y la CUP están tan seguros de su victoria que también han definido el siguiente paso, unas elecciones constituyentes seis meses después, en marzo de 2018. Cabe tener en cuenta que septiembre del 17 y marzo del 18 son los plazos límite y que mientras tanto se debe redactar una constitución y concluir la construcción de estructuras de Estado.
A pesar de que Carles Puigdemont negó que el pleno de política general estaba al margen del nuevo referéndum –una clonación del 9-N por la que se juzgará a Mas, Joana Ortega e Irene Rigau en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, así como a Francecs Homs en el Supremo– y de la advertencia del TC cuando la cámara, con los votos de cuperos, republicanos y convergentes aprobó las conclusiones de la "comisión de estudio del proceso constituyente", que situó el Parlament fuera de la ley, el bloque separatista vuelve a mostrar que su unidad se basa en el desprecio a la legalidad constitucional, a la soberanía popular y los tribunales.
La oposición, Ciudadanos, el PP y, esta vez también, el PSC, ha intentado por todos los medios reglamentarios paralizar la votación de esas resoluciones, pero la mesa del parlamento, con mayoría separatista -si bien con objeciones del letrado mayor, según ha explicado el PP-, ha dado vía libre a que se haya podido votar. Los nuevos pactos entre Junts pel Sí y la CUP contradicen en parte sus últimos acuerdos sobre los pasos de la "hoja de ruta" separatista y que fueron motivo de la intervención del Constitucional.
Antes del comienzo del nuevo pleno de desconexión, Carme Forcadell compareció ante la prensa para valorar el traslado del TC a la Fiscalía de su caso. Declaró que lo volvería a hacer, que se limitó a cumplir el reglamento, a defender la libertad de expresión. También dijo que "está en juego la democracia". "No conseguirán pararnos ni atemorizarnos", remachó la presidenta de la cámara y exlíder de la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
Ciudadanos y PP, a través de sus portavoces, Carlos Carrizosa y Enric Millo, anunciaron que sus grupos no iban a votar unos textos que se derivaban de otros ya suspendidos por el Tribunal Constitucional. Los diputados de Ciudadanos alzaron sus manos para mostrar que no votaban. Cabe destacar que los afines a Podemos de Catalunya Sí que es Pot (CSQP) se han abstenido.