El separatismo toma aire. Puigdemont salvará la moción de confianza con el anuncio de un nuevo referéndum. Nueve meses después de su nombramiento y un año y un día después de las elecciones autonómicas, el 27 de septiembre del año pasado, el presidente de la Generalidad ha ganado tiempo, un año más de una legislatura que sólo será de dos años, como anunció nada más comenzar su intervención en la primera parte de la sesión en la que se dirime su moción de confianza. La promesa de un referéndum ha sido suficiente para que la CUP le garantice su apoyo y las organizaciones separatistas vuelvan a reactivar el proceso separatista. Doce meses que incumplen el anterior calendario, en el que en enero Cataluña ya debería ser independiente, pero en los que se fija el horizonte del separatismo en el próximo otoño.
"Hablan de no negociar con la pistola del independentismo. Pero es peor que eso porque con ETA se sentaron en la mesa al menos en dos ocasiones; en cambio, con nosotros ni siquiera quieren hablar". Ese fue el principal mensaje del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, en la primera parte de la cuestión de confianza. Su discurso duró una hora escasa y sirvió para esbozar la nueva hoja de ruta del separatismo. "O referéndum o referéndum", arengó el líder separatista en una intervención en la que tampoco descartó unas elecciones inmediatas si la CUP no aprueba los presupuestos autonómicos o unas elecciones "constituyentes", autonómicas en realidad, si la consulta que plantea no dispone del aval de las instituciones internacionales.
El presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont se ha sometido este miércoles a la primera moción de confianza de la historia del parlamento catalán. Un pleno inédito que ha comenzado a las cuatro de la tarde y en el que Puigdemont ha puesto sobre la mesa los tres escenarios de su nueva "hoja de ruta". En primer lugar, intentará acordar un referéndum de independencia con el Estado, vía que pasaría por la investidura del todavía líder socialista Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos y los separatistas catalanes. Si esa camino no es practicable, se aferrará a una supuesta "legalidad catalana" para convocar un referéndum unilateral, pero "vinculante" tanto por un hipotético reconocimiento mundial como por una participación masiva. Si tales condiciones no se cumplen, optará por una nueva convocatoria electoral que, de nuevo, tendría el carácter de "constituyente".
Sin embargo, Puigdemont exigió a la CUP que dé su visto bueno a los presupuestos autonómicos. Precisamente, la negativa de los antisistema a aprobar los números de Oriol Junqueras, vicepresidente regional, líder de ERC y responsable de economía fue lo que desencadenó el anuncio de la moción de confianza el pasado 8 de junio. En caso de que los antisistema insistan en su no, Puigdemont se ha comprometido a convocar inmediatamente elecciones. "Si me dan su apoyo en la moción de confianza pero no aprueban los presupuestos, lo primero no servirá de nada".
El grueso de su discurso estuvo centrado en las cuestiones sociales, en la promesa de grandes dispendios en materia social y en un repaso triunfalista de los datos económicos de Cataluña, con menos paro y más crecimiento que el resto de España, a pesar de la fuga de empresas.
Además, acusó al Gobierno de una "recentralización unilateral que asfixia las finanzas de la Generalidad. Cuando el Estado perjudica a los catalanes lo hace voten lo que voten y hablen lo que hablen.Tanto les da que piensen que Cataluña debe ser una autonomía descafeinada de la monarquía española o un estado libre. Les perjudica igual sean independentistas o dependentistas", nuevo adjetivo despectivo para quienes no están de acuerdo con la proclamación de una república catalana y el proceso separatista.
También aseguró que el próximo verano estarán listas todas las leyes de desconexión y transitoriedad jurídica, así como las estructuras de Estado necesarias para la proclamación del estado catalán independiente.
Además, echó un cable al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de quien dijo que está dispuesto a negociar con el gobierno de la Generalidad. "El sistema mediático y político español está en contra de quien sólo quiere hablar y eso me produce una profunda tristeza".
La CUP apoya el "referéndum o referéndum"
Entre los invitados, el expresidente de la Generalidad, Artur Mas, los líderes de los movimientos separatistas, ANC y Òmnium y los expresidentes del "Parlament" Joan Rigol, Núria de Gispert y Ernest Benach. Al término de la intervención, los partidarios de Puigdemont corearon el grito de independencia. Anna Gabriel, líder de la CUP, garantizó su apoyo a Puigdemont sobre la base de la frase de "referéndum o referéndum". En la cuestión de los presupuestos, la dirigente antisistema confió en que los presupuestos reflejen la "hoja de ruta", las desprivatizaciones y un mayor gasto social. Sea como fuere, Anna Gabriel repitió en un par de ocasiones que hay "plena sintonía" con la propuesta del "president".
La respuesta de la portavoz del PSC, Eva Granados, fue que la frase "referéndum o referéndum" es similar a "fracaso o fracaso" mientras que el representante de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela afirmó que la única noticia de Puigdemont es un referéndum "pactado" con el Estado. Fran Hervías, de Ciudadanos, cargó sobre las contradicciones del proceso. Por su parte, el portavoz del PP, Enric Milló, calificó el discurso de decepcionante y alegó que es Puigdemont quien ha desconectado de la sociedad catalana: "Aparentemente ha venido al parlamento a amenazar a la CUP, pero a quien ha amenazado realmente es a los catalanes". "Referéndum o referéndum es conflicto o conflicto", añadió.
Este jueves tomarán la palabra los presidentes de los grupos parlamentarios y por la tarde, sobre las siete de la tarde, se llevará a cabo la votación.