"Hay una vía de entendimiento con Ciudadanos, que yo defiendo y en la que Mariano Rajoy sigue trabajando". Pablo Casado aseguró que el pacto con Albert Rivera continúa siendo la prioridad del PP y que no pierde "la esperanza" de que el partido naranja acabe pasando "de la abstención al sí" en el debate de investidura, paso que él considera definitivo para acabar con el bloqueo político. "Rajoy y Rivera están hablando", reconoció a las claras.
En esRadio, el vicesecretario de comunicación intentó poner las cosas en orden. Admitió que se llegó a un acuerdo con los partidos secesionistas para la confección de la Mesa "como ya pasó en otras legislaturas", pero descartó que dicha colaboración vaya a ir más allá. "Cortesía parlamentaria", lo denominó, no sin poner en valor que no habrá "contraprestaciones". En todo caso, fuentes de la dirección nacional auguraron que Convergencia tendrá grupo parlamentario propio en el Congreso, tal y como avanzó este diario.
"No es un acuerdo de gobierno y no estamos hablando de que haya una investidura con los secesionistas", quiso zanjar la cuestión. Según Casado, la hoja de ruta pasa en primer lugar por Ciudadanos, y dio a entender que en ese partido no están tan enfadados como han dicho públicamente tras el apoyo de los nacionalistas. "Hay que hablar", defendió en varias ocasiones, ante las preguntas de Federico Jiménez Losantos.
No fue el único miembro de la dirección nacional que presionó a Ciudadanos para que se aproxime todavía más a Rajoy. "Su abstención no es suficiente y puede acabar activando una alternativa entre PSOE, Podemos y los independentistas", alertó Fernando Martínez-Maíllo en Antena3. Así, lamentó la "sobreactuación" de Rivera, y le emplazó a discutir la fórmula para que, llegado el caso, incluso haya ministros naranjas en el futuro Ejecutivo de Rajoy. "Todas las opciones están abiertas", sentenció el número 3 del PP. Javier Maroto, otro vicesecretario general, también se centró en poner el foco en el partido naranja.
Así las cosas, para Casado, los números son los que son, y el "sí" de Ciudadanos es decisivo para que los socialistas se vean entre la espada y la pared y acaben absteniéndose, aunque no toda su bancada vote lo mismo. "Si el PSOE no desbloquea la situación, habrá terceras elecciones", zanjó en esRadio, aunque no supo aclarar si Rajoy y Pedro Sánchez están manteniendo conversaciones discretas.
La investidura de Rajoy, en el aire
A partir de ahí, si tal objetivo no se consigue, Casado dejó entrever que Rajoy podría renunciar a ir a la investidura, incluso si don Felipe se lo solicita. "Se abrirá un periodo de reflexión", parafraseó a su jefe de filas, no pillándose los dedos en ningún momento. "No tendría mucho sentido por respeto al Rey y a las Cortes" ir a la votación sin los apoyos necesarios, vino a precisar. "La investidura no es un debate sobre el estado de la Nación (…) la gente no va a entender que se vaya a una segunda sesión de investidura", añadió.
En este sentido, lanzó un mensaje muy claro a sus interlocutores políticos: "Déjense de infantilismos y digan claramente si van a apoyar o no la investidura de Rajoy". Es lo que denominó una "ronda de contactos seria" previa a la posible investidura, y tras la cual el presidente en funciones decidirá si da el paso. "No estoy en la cabeza de Rajoy, él quiere gobernar incluso en minoría pero, hasta diciembre, nunca ha habido investiduras fallidas", contestó una vez más.
Durante toda la entrevista, Casado se mostró favorable a la negociación, en especial con Rivera, con quien siempre ha tendido puentes, incluso en los momentos de mayor tensión con Ciudadanos. Eso sí, cuando se le preguntó sobre la posible renovación del futuro Ejecutivo de Rajoy, esquivó la cuestión, sabedor de que está en todas las quinielas y cuenta con las simpatías de Rivera. "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy", replicó entre risas. El vicesecretario de comunicación es, en voz de barones regionales y altos cargos de la formación, uno de los valores de futuro más importantes del PP.