En diciembre de 1998, el periodista de Univisión Jorge Ramos entrevistaba en televisión a Hugo Chávez, entonces, candidato presidencial en Venezuela. Ya entonces se temía que Chávez condujera Venezuela al marxismo y, con él, a la ruina que hoy es extrema entre la población venezolana.
Aquella entrevista, que ha circulado durante años por la red, resultó premonitoria y en muchas ocasiones se ha hablado de ella como el día en que Chávez se puso la piel de cordero. Chávez decía que no era el demonio, que no cerraría los medios de comunicación y que no atentaría contra la propiedad privada, que su objetivo era atraer inversiones extranjeras y tener buenas relaciones comerciales con EEUU y con el resto del mundo. Unas palabras que se quedaron en un calculado postureo a juzgar por las principales líneas de actuación de su mandato como tirano en Venezuela hasta el día de su muerte.
Este jueves, Pablo Iglesias acudía a una reunión en Sitges con la plana mayor del empresariado catalán. Los empresarios que abarrotaron la sala preguntaron a Pablo Iglesias por su programa, e incluso por sus creencias. Fue especialmente llamativa la pregunta que le formularon acerca de si cree en Dios, en la propiedad privada y en la cultura del esfuerzo.
Aunque advirtieron a Iglesias de que podía dejar sin contestar dicha pregunta, el líder podemita decidió responder. Como si se tratara de Chávez en 1998, Pablo Iglesias dijo creer en la propiedad privada, en la cultura del esfuerzo y en una economía competitiva. También puso en valor el esfuerzo de los emprendedores, "necesarios para este país", y de los ciudadanos que "se echan el país a la espalda".
En campaña electoral, ambos líderes lucen corbata y buenas maneras. En el caso de Hugo Chávez su conducta como líder totalitario terminó desarmando aquellos buenos deseos que expresó a Jorge Ramos en 1998. Una actitud que viene a la memoria al escuchar a Pablo Iglesias defendiendo la propiedad e iniciativa privada y la cultura del esfuerzo de los emprendedores.