Mariano Rajoy no esperó al despacho con el Rey Felipe y dio por inaugurada la campaña electoral. "Podemos estar tranquilos. Hicimos lo que teníamos que hacer sin caer en la ansiedad o en otras cosas aún peores", se reivindicó frente a quienes, dentro y fuera del PP, le acusaron reiteradamente de inacción. El presidente en funciones cree que el tiempo le ha dado la razón, que regresa a la contienda en mejores condiciones que sus rivales, y se lanzó al ataque político con vehemencia.
En Córdoba, el PP vivió su primer mitin de una campaña que terminará el 24 de junio, dos días antes de que, previsiblemente, se vuelvan a abrir las urnas en España. Rajoy dio por descontado que no habrá sorpresas, ya no ofreció la gran coalición y avanzó el eje de su estrategia para recuperar los votos perdidos en diciembre. "Algo hemos aprendido. Ciudadanos y PSOE, juntos", afirmó, provocando la ovación del auditorio, repleto de jóvenes que, en la jornada anterior, discutieron sobre la situación del partido y reclamaron más contundencia contra la corrupción.
Rajoy lo dijo muy claro. Culpó a Pedro Sánchez de no lograr un acuerdo, y también a Albert Rivera, al que acusó de echarse en sus brazos. "Ellos lo hicieron imposible. El PSOE y Ciudadanos", destacó una vez más. Y puso el foco de atención en la formación naranja: "Nuestra propuesta no fue debatida porque no quiso el PSOE, y Ciudadanos tampoco (…) un partido político entregado al candidato de otro partido", enfatizó. De hecho, llegó a acusar a Rivera de intentar el pacto con Podemos, toda vez se sentaron en una misma mesa con los de Pablo Iglesias y el PSOE. Ésa es, a ojos de Rajoy, "la foto final" de estos cuatro meses de negociación.
Según el entorno de Rajoy, lo que toca ahora es atacar a Ciudadanos, y hacerlo con firmeza. "El votante de centro-derecha no le va a perdonar que se hayan echado en brazos del PSOE", afirmaron, apoyándose en unas encuestas internas que apuntan a una leve pero continúa recuperación del PP. "Tras las elecciones, si logramos sumar, ya habrá tiempo de reconstruir puentes", en palabras de un miembro de la cúpula. Pablo Casado, este mismo fin de semana, se mostraba a favor de ese posible entendimiento.
En todo caso, esa posible coalición no está en estos momentos en los argumentarios del PP. Y, ni mucho menos, la posibilidad de que, tras el 26J, Rajoy pueda hacerse a un lado, tal y como recomienda Ciudadanos. En este sentido, el líder popular volvió a recibir este domingo el respaldo de los suyos. "Lo bueno en España se llama Mariano Rajoy, no hay más", le dijo Luis Paniagua, responsable de Nuevas Generaciones en Andalucía. Juan Manuel Moreno se sumó con ganas a los elogios. Él les respondió: "Estoy en forma, con ganas y dispuesto una vez más a dar la batalla por el PP y por España".
Así, frente al "postureo" y el "aparentar y aparentar para no llegar a ningún lado", Rajoy se definió como el único valor seguro. "Aquí está un partido, el PP, siempre útil a los españoles", aseveró, para a renglón seguido recuperar su discurso económico y en defensa de la unidad de España. Nada dijo sobre la corrupción, a pesar de las quejas de Nuevas Generaciones. Según su equipo, no habrá ocurrencias en su programa electoral ni tampoco cambios importantes en las listas electorales. Y volvió a reivindicarse: "Francamente, había fotos mejores, más sensatas y mucho más útiles a los españoles" que la ofrecida por el PSOE, Ciudadanos y Podemos.