Si la Assemblea Nacional Catalana (ANC) es el termómetro del estado de ánimo de las bases separatistas, el movimiento "de abajo a arriba" ha perdido fuelle y la tensión independentista decae como caen las hojas del calendario, que ya ha superado su "hoja de ruta", aquella en la que recomendaba a sus socios y simpatizantes la toma del Aeropuerto de El Prat con el aplauso de un informe en la misma línea del Consejo para la Transición Nacional de Cataluña creado por Artur Mas.
Una nueva Diada del 11-S masiva es impracticable. Los dirigentes de la ANC no se ven con ánimo ni fuerzas para convocar a los catalanes por quinto año consecutivo a batir récords mundiales cívicos, pacíficos y festivos, según su retórica, en pos de la república catalana.
Tampoco las cuentas de la organización dan para mucho. El año pasado superaron los cinco millones de euros de presupuesto, pero una multa de la Agencia de Protección de Datos tras una encuesta masiva sobre intención de voto y el procés les ha dejado en números rojos. Nada grave, menos de doscientos mil euros. Este año habrá que gastar menos, convienen en la ANC, que a pesar de recibir importantes inyecciones de dinero público de ayuntamientos y diputaciones asegura que vive de las cuotas de sus socios.
De tales socios, unos 35.000 según la organización, algo más de dos mil se presentaron este domingo en el pabellón deportivo Nou Congost de Manresa para aprobar las cuentas de la organización y echar por tierra la propuesta del secretariado dirigido por Jordi Sànchez para una nueva lista conjunta en caso de repetición de las elecciones generales.
Lo que quedó también claro es que el próximo Onze de Setembre será diferente: repartido en cinco ciudades y con vísperas para calentar motores. A principios de verano, la ANC quiere llevar a cabo un homenaje a los cargos locales implicados en la desobediencia propugnada por el parlamento catalán y antes del 11-S, una "semana internacional" para "informar al mundo de que Cataluña está en proceso constituyente". Bajo la dispersión de convocatorias, la ANC pretende ofrecer la imagen de la implantación territorial absoluta de la organización.
También se ha aprobado en la asamblea aceptar la fórmula de un referéndum siempre que sea el Estado quien lo proponga. En el acto ha participado la presidenta del parlamento autonómico y expresidenta de la entidad, Carme Forcadell, a quien su sucesor ha pedido que desobedezca las comunicaciones, fallos y leyes del Estado.