Mariano Rajoy no se abstendrá bajo ninguna circunstancia. "Si votas al que gana y tu voto sirve para que gobierne el que pierde, es una estafa inasumible. Para eso, se cierra el PP", argumenta su entorno más próximo. En todo caso, en Moncloa se preparan para momentos de enorme presión por parte del poder económico y los medios. Pero, aseguran las fuentes consultadas, el presidente está "tranquilo" y se muestra imperturbable. Llegado el caso, "votaremos no a un Gobierno de PSOE y Ciudadanos".
De nuevo, una vez más desde las elecciones, el PP se vio fuera de juego. Ningún actor político cuenta con él, y Rafael Hernando sufrió el bochorno de verse rectificado cuando dijo que Rajoy había conversado con Albert Rivera el martes por la noche. "Se ha confundido, lo que quería decir es que seguimos hablando con Ciudadanos", rectificó Moncloa. "Estamos fuera de las portadas, salvo por los casos de corrupción", radiografió, pesimista, un alto cargo en conversación informal.
Sin embargo, en Moncloa aseguran que Rajoy está en el lugar donde quiere estar y no cederá pese al adverso contexto, que puede ir a más. "El aumento de la presión mediática contra el presidente es proporcional al desplazamiento de los medios de la realidad", zanjó su equipo. Esto es, "el PP no se abstendrá y defenderá su victoria", como no se cansa de repetir públicamente Rajoy. El acercamiento de Pedro Sánchez y Rivera no cambia nada. "Están desesperados si piensan que esa pinza va a funcionar", según Moncloa.
Aguirre y Cifuentes difieren
Como pasa desde la amarga victoria del pasado 20 de diciembre, el PP ofrece dos caras diametralmente opuestas. Rajoy se muestra sereno, dice que todo lo tiene controlado y recibe la ovación de los suyos allí donde va. Mientras, en paralelo, barones, altos cargos y parlamentarios murmuran, y muestran su frustración y sus miedos en privado. Pero absolutamente nadie le tose públicamente. Y la respuesta oficial del PP no cambia: "Ganar las elecciones y abstenerse para que Sánchez sea presidente es implanteable y antidemocrático".
Sólo Esperanza Aguirre dijo claramente que, para evitar que Pablo Iglesias llegue a la Moncloa, Rajoy debería hacerse a un lado. "No me escandaliza que el PP se abstenga para que Podemos no gobierne", contestó el lunes en esRadio. Si bien, su sucesora y referente en alza en el partido, se alineó con Rajoy en los mismos micrófonos sólo 24 horas después. "Sánchez encarna de una manera clara todas las políticas zapateriles" y "explicar la abstención a nuestros votantes sería bastante complicado", defendió Cristina Cifuentes ante Federico Jiménez Losantos.
Ante los diputados del PP, Rajoy ya avisó de que llegarían momentos complicados, y pidió calma. "Es probable que veamos cosas y pasemos por situaciones difíciles en las próximas fechas, pero este es un partido que tiene historia, que siempre se ha gobernado a sí mismo, que ha pasado por situaciones complejas y ha pasado bien, y yo os aseguro que en esta ocasión también va a pasar bien", proclamó. En varias comidas con cargos de su partido ha transmitido la misma idea: "Sánchez no podrá gobernar, es imposible". Esto es, aún tiene opciones de seguir en la Moncloa.
Su entorno va más allá y avanza que si Sánchez pierde "el foco cambiará y las luces se convertirán en sombras". Y niega que el ruido interno pueda ir a más o que la corrupción acabe tumbando al presidente. "Rajoy va poco a poco, pero Aguirre está fuera y ahora hay un tiempo nuevo" mientras que "en Valencia pasarán cosas a finales de semana", desvelaron a este diario. Un miembro de la dirección nacional se sumó a esta tesis: "El efecto Aguirre cada vez está más diluido, como también le pasa a José María Aznar. Rajoy decidirá lo que quiere hacer". Y, en principio, él pretende resistir, pase lo que pase. En Moncloa llevan semanas con la mente puesta en nuevas elecciones.