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Así era la obra: jueces y banqueros ahorcados, embarazadas apuñaladas y casas ocupadas

La obra que se estaba representando, La Bruja y Don Cristóbal, dejaba claro su contenido desde el subtítulo: "A cada cerdo le llega su San Martín".

No era la primera representación del espectáculo La Bruja y Don Cristóbal, que se estrenó el pasado mes de enero en Granada, pero a pesar de ello y de su más que expresivo subtítulo, "A cada cerdo le llega su San Martín", en el Ayuntamiento de Madrid aseguran que nadie había visto el contenido.

Un contenido, recordemos dedicado a un público infantil, y en el que no faltaba de nada: se representaba el ahorcamiento de un juez, el apuñalamiento a una embarazada que posteriormente era ahorcada, la muerte de un policía, se pedía a los niños que okupasen las viviendas vacías y se simulaba un botellón.

Nada de esto, por supuesto, aparecía en la sinopsis de la obra que se puede ver en la web del carnaval municipal:

Polichinela –el Don Cristóbal del título- llegará a Tetuán para imponer su voluntad a base cachiporra. Sin embargo, también habitará en estas tierras una bruja que tiene la firme decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue.

Pero no debe sorprendernos mucho un resumen tan poco incisivo, ya que está copiado palabra por palabra del que la propia compañía ha publicado en un apartado de su web.

La compañía Títeres desde Abajo ha creado una pequeña página web sobre la obra en la que trata de darle un matiz muy intelectual al contenido, pero en la que lo que queda muy claro es la orientación extremadamente ideológica de una obra –recordemos de nuevo que en teoría está dedicada al público infantil- que tiene como "temas centrales" la "caza de brujas y la represión" que sufrían éstas, pero que según los titiriteros aún sufren "las mujeres de hoy que deciden vivir libremente" porque "destruir el patriarcado, la autoridad, la propiedad privada, es destruir los pilares del sistema y el sistema no permite que quede impune".

En otro artículo de la misma página se explica el significado que le dan al personaje protagonista, Don Cristóbal Polichinela, en otra de las obras de su repertorio en la que con el mismo rostro se escenifican diversos caracteres: "El empresario, el juez, la periodista, el alcalde, todos tenían el mismo rostro porque todos sirven a los mismos intereses en la sociedad".

La bruja, por el contrario, es usada como un personaje libre, pero lo que entienden por libertad los titiriteros es "cuestionar los pilares" de la sociedad: "La propiedad privada, el monopolio de la fuerza, la servidumbre del trabajo asalariado, los hábitos de consumo, la perdida de soberanía sobre el propio cuerpo, etc…". Así que la bruja, "practica la autodefensa y liquida a sus opresores a golpe de cachiporra".

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