Mariano Rajoy tiene puestas sus esperanzas en que el PSOE acabe estallando ante un pacto con Podemos que cree que "humilla e hipoteca" a Pedro Sánchez. "Las voces críticas del PSOE pueden ser como un iceberg, que la mayor parte están debajo del agua", azuzó Pablo Casado, que insistentemente se refirió al Comité Federal del próximo sábado, en el que esperan que barones e históricos dirigentes como Felipe González o Alfredo Pérez Rubalcaba se rebelen.
En su reunión semanal en Génova13, el presidente en funciones transmitió a la dirección nacional que toca esperar porque la pelota está en el tejado del PSOE, donde los ánimos están muy caldeados. Así, Casado dijo desconocer si Rajoy tiene previstas nuevas reuniones o propondrá alguna oferta a las formaciones con representación en las Cortes esta semana, y se centró en hurgar en la herida socialista. "El pacto con Podemos sería suicida para el PSOE y para España. Suicida para el PSOE que fundó Pablo Iglesias y que podría finiquitar otro Pablo Iglesias", enfatizó el vicesecretario de comunicación. Lo repitió, con distintas palabras, una y otra vez. "Sánchez tiene que decidir si se va a montar en el avión de Maduro con los de la CUP y Podemos o va a volver a la centralidad", apostilló.
Según fuentes de la cúpula del PP, las presiones están siendo enormes "de todas partes" para que el líder socialista recapacite, aunque no pocos dirigentes le ven "echado el monte" y "capaz de cualquier cosa". Casado, acogiéndose a las palabras del presidente del BBVA -según Francisco González en El Mundo, "empieza a paralizarse la inversión por la incertidumbre política"-, se refirió a los riesgos económicos de una alianza con "la izquierda radical", al tiempo que recordó que Iglesias ha reclamado a Sánchez los ministerios de los que depende "el aparato del Estado", como los departamentos de Interior y Defensa. Argumentos que le sirvieron para intentar una vez más romper el PSOE, usando nombres propios como el de Eduardo Madina además de los ya citados. "El Facebook de Rubacalaba echaba humo", sentenció.
Así las cosas, tras declinar acudir al debate de investidura por falta de apoyos, Rajoy ahora quiere aguardar mientras el PSOE se desintegra. En privado, se mostró impasible. "Sánchez ha perdido los papeles y está arrodillado ante Iglesias", denunció también Fernando Martínez-Maíllo, número 3 de Génova, que a renglón seguido pidió a los dirigentes socialistas "que digan en público lo que dicen en privado" e instó personalmente a Susana Díaz que "ponga orden y no permita" el acuerdo con el partido morado.
Conversación entre Rajoy y Rivera
Una ofensiva política que fue acompañada por una evidente aproximación a Ciudadanos, que se concretó en una breve conversación telefónica este lunes por la tarde entre Rajoy y Albert Rivera en la que ambos quedaron en iniciar negociaciones formales para "explorar fórmulas que permitan que la legislatura eche a andar y sea posible la gobernabilidad en España", tal y como informaron desde el partido naranja. Las conversaciones entre populares y centristas comenzarán después de la segunda ronda de contactos del Rey que se inicia este miércoles. Rivera hablará en las próximas horas con Pedro Sánchez para fijar otra reunión, igualmente después de que los líderes políticos se entrevisten con Felipe VI.
Antes de esa conversación al más alto nivel, Casado ya aprovechó su comparecencia para alabar la posición "responsable y constructiva" de Rivera y poner en valor aquellas cuestiones en las que coinciden, como la defensa de la Constitución y la unidad nacional, así como los pactos alcanzados a nivel local y autonómico. Atrás quedaron las durísimas críticas durante la campaña. "Yo siempre me he llevado bien con Ciudadanos", llegó a recalcar el portavoz popular, en charla informal sin cámaras.
El propio Casado mantuvo en los últimos días contactos informales con José Manuel Villegas, uno de los hombres fuertes de Rivera. Fue el propio líder de Ciudadanos el que descolgó el teléfono y llamó a Rajoy en las negociaciones para la composición de la Mesa del Congreso, que terminaron en acuerdo. "Mientras que prácticamente a todo el mundo le aterra imaginarse a Iglesias de vicepresidente de Sánchez, a nadie le disgustaría que Rivera lo fuera de Rajoy", en palabras de un barón regional este mismo lunes.
Rajoy busca un acercamiento con Ciudadanos, también con la vista puesta en nuevas elecciones en mayo toda vez "hoy por hoy, no sumamos y es prácticamente imposible un giro del PSOE". De hecho, tal y como avanzó este diario, ministros y altos cargos consideran que ésa es la mejor salida posible, y en Génova no paran de hacer cálculos de cara a ese escenario aunque se niegue públicamente. Jorge Fernández y José Manuel García-Margallo, muy próximos al líder popular, lo llegaron a reconocer públicamente la pasada semana.
Mientras, las críticas internas quedaron de nuevo enterradas. "Nosotros tenemos un candidato a la investidura que se llama Rajoy", zanjó Casado. Aún más, su entorno da por descontado que si finalmente hay elecciones, como se ansía cada vez más en la Moncloa y en Génova, Rajoy volverá a dar un paso al frente. "Está todo medido", precisó un cargo muy próximo a él la pasada semana, cuando las especulaciones se multiplicaron. En este sentido, desde el pasado viernes, con Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal juntas en Moncloa, se articuló toda una operación para arropar al presidente.