Barones y altos cargos empiezan a moverse internamente. Especulan. En el PP dan por descontado que la gran coalición es una ensoñación y que únicamente sirve para presionar a Pedro Sánchez a fin de que no se atreva a un pacto con Podemos -"si es que Pablo Iglesias quiere"- y partidos separatistas. "Si Sánchez no lo consigue, y lo va a intentar hasta el final, iremos a unas elecciones anticipadas", según el diagnóstico más extendido. Hay otras teorías, como que Mariano Rajoy podría dar un paso atrás una vez pierda del primer debate de investidura para buscar el entendimiento. "El problema no es de personas", avisó el presidente en funciones este mismo lunes.
De momento, Rajoy dice estar tranquilo y con fuerzas. "Tengo intención de seguir en la vida política y, en primer lugar, de seguir como presidente del Gobierno", afirmó en una entrevista en RNE. Lo repitió una segunda vez, dejando claro que "nadie" de su formación le ha pedido que se haga a un lado. Un día después de las elecciones, llegó a proclamar que se presentará a la reelección como líder del PP en un congreso al que todavía no ha puesto fecha. "No parece muy normal hacer en mitad de una situación como ésta un congreso", se defendió una vez más.
Según Rajoy, nadie le ha pedido nada. Más aún, en el Comité Ejecutivo del 21 de diciembre, todos los barones tomaron la palabra en una calculada respuesta para arroparle antes de que José María Aznar reclamara más democracia interna. Mientras, en la Junta Directiva del 12 de enero, nadie hizo uso del turno de réplica para añadir algún pero al discurso del jefe, centrado en presionar a Sánchez. Esto es, Rajoy sigue manteniendo el control del partido, según su entorno. Nadie le tose, a diferencia de lo que le ocurre a su rival socialista.
Si bien, dicho esto, el PP ha entrado en una espiral de teorías de todo tipo. De forma evidente tras el primer pleno de la legislatura, cuando Gobierno y partido ofrecieron una imagen de cierta parálisis con Rajoy en un claro segundo plano. "El presidente podría quedar muy tocado tras el debate de investidura, al comprobar que está completamente solo. El desgaste puede ser grande", en palabras de un histórico de la formación. Y ese es el punto inflexión del que hablan muchos, siempre en privado.
Cargos del partido -incluso algún ministro- están a la espera de comprobar qué reacción tendrá Rajoy tras la primera votación, una vez no consiga los apoyos necesarios. En ese contexto, hay quién contempla ya la posibilidad de que opte por apearse de la carrera presidencial en aras de un posible entendimiento que no obligue a nuevos comicios. La mayoría de fuentes consultadas apunta, en cambio, a que la opción más factible es la de elecciones en mayo. "Es la mejor salida", recalcó un líder regional, en conversación informal con este diario, el viernes pasado.
Así, cada vez más, el PP barrunta sobre posibles sucesores, aunque Rajoy insista públicamente en que quiere resistir pase lo que pase. La pasada semana, Cristina Cifuentes se vio en la obligación de negar tajantemente que esté "en ninguna operación de ninguna clase" para dar el salto a la política nacional. "Yo apoyo a Rajoy, lo digo así de claro y mirándote a los ojos", le contestó a Federico Jiménez Losantos en esRadio. Pero su nombre cada vez suena con más fuerza en caso de anticipadas, más aún después de que anunciara que liderará la renovación en el partido.
El enfrentamiento Santamaría-Cospedal
En el Congreso, también se escucha con insistencia la opción de Alfonso Alonso, una de las caras más amables del Ejecutivo y que Rajoy situó recientemente al frente del PP vasco. Parlamentarios consultados por este diario deslizan que han escuchado "la teoría", pero que no saben si carece o no de veracidad. Por supuesto, se sigue hablando también de Soraya Sáenz de Santamaría, que ha elevado muchísimo el tono en sus últimas comparecencias posteriores al Consejo de Ministros. "La duda es si Rajoy ha perdido la confianza en ella como deslizan algunos", según varios dirigentes. Este mismo lunes, un alto cargo próximo a María Dolores de Cospedal avisaba: "La secretaria general le va a cortar el paso llegado el caso (…) ella es una de las grandes culpables del deterioro de la imagen del presidente".
Alberto Núñez Feijóo, otro de los señalados internamente, sigue sin aclarar su futuro político. "La decisión la trasladaré en abril, o quien dice marzo. Cuando toque, ahora no", afirmó esta misma semana. El pasado mes de septiembre, en esRadio, no descartó tomar el timón del PP nacional en caso de un "cataclismo". Un cisma que, a sus ojos, se producirá si Sánchez e Iglesias lograran gobernar, como ahora negocian. "Ante ese cataclismo económico, social y de nación, lógicamente habría muchas cosas que pensar y que negociar", contestó. Incluso se especula con José Manuel García Margallo.
En todo caso, la práctica totalidad de fuentes consultadas precisaron que "se hará lo que quiera" el presidente en funciones. Y hay quienes creen que debe continuar. "Genera estabilidad y un cambio ahora podría ser contraproducente", según un histórico. "Cambiar no solucionaría nada, en unas elecciones en dos o tres meses seguiría siendo el mejor candidato. Está medido", remachó un cargo muy próximo a Rajoy.
La hoja de ruta de Rajoy
Frente al "ruido", y toda vez "nadie" le ha transmitido que se aparte, el líder del PP reiteró una vez más su hoja de ruta, y acusó a Sánchez de buscar "a toda costa" un pacto del Tinell. "¿Cuál es la razón por la que le ha prestado senadores a dos partidos independentistas?", le preguntó en RNE. "¿Por qué quiere pactar con ellos y no quiere saber nada del PP?", añadió, lamentando que no haya podido ni tan siquiera abrir una negociación con los socialistas.
En este sentido, y tras la reunión del Comité de Dirección que él mismo presidió en Génova13, Javier Maroto anunció que, si el Congreso empieza a tener actividad parlamentaria, el PP presentará una propuesta sobre el derecho de autodeterminación para que partidos como el PSOE y Podemos "se retraten" y voten lo que piensan al respecto. Según el portavoz popular, hay muchos socialistas que se están "revolviendo en la silla" tras la cesión de senadores a independentistas por parte de Sánchez. "Se trata en definitiva de arrojar luz en un debate que está siendo demasiado oscuro", sentenció.