Mariano Rajoy intentó transmitir normalidad. Tranquilidad, pese al enorme susto que reconocen integrantes de su entorno. Apareció en el mitin con media hora de retraso y se tomaron medidas extraordinarias. Al contrario de lo hecho hasta ahora, no entró por la puerta principal sino que accedió por una lateral. De cerca, el fortísimo golpe era visible en su rostro, aunque fue maquillado. No llevaba sus gafas.
"Somos un pueblo moderado, de gente tranquila, formal y seria, lo cual no quiere decir que no tengamos eso en lo que están pensando todos los que están aquí presentes", afirmó el presidente, provocando las risas del auditorio. "Os voy a decir una cosa: me encuentro estupendamente, estoy en un gran momento, mejor que hace cuatro años, y necesito que me ayudéis y que me apoyéis", añadió, recibiendo la ovación de los suyos, más de 3.000 simpatizantes completamente entregados.
Rajoy no hizo una referencia expresa a la brutal agresión, aunque en el camino de Pontevedra a La Coruña escribió en Twitter que se encontraba "bien". Además, su equipo informó de que recibió mensajes de apoyo del Rey Felipe y los principales líderes políticos del país. "He militado en este partido y sólo en este partido. Empecé de militante de base y pegué carteles, y muchos, en la provincia de Pontevedra", rememoró. A muchos les sonó a broma cuando dijo: "Ahora también se pegan muchos".
"Me siento enormemente orgulloso de lo que es esta fuerza política, que se ha construido desde la base. Nosotros no somos el producto de ninguna operación de marketing que dura 48 horas ni que ha nacido en las tertulias. En todas las parroquias y aldeas hay alguien que saca la bandera del PP", enfatizó, en línea con lo ya dicho en otras intervenciones. A la salida, hizo un breve comentario a los periodistas: "Ha sido un día muy completo, habéis tenido informativamente de todo, estoy bien, muchas gracias".