Mariano Rajoy prometió más que recuperación y empleo la próxima legislatura. En el último domingo de campaña, en su única plaza de toros, la de Las Rozas, auguró "años muy brillantes" en materia económica si sigue siendo presidente. "No dejemos que los cantos de sirena del populismo, el radicalismo y la bisoñez nos distraigan del camino", emplazó. Y lanzó su mensaje clave a siete días de que se abran las urnas: nada vale el programa de sus adversarios porque harán lo posible para arrebatar el poder al PP.
Las dudas sobre qué pasará el 20 de diciembre se multiplican en los cuadros del partido. Más aún al comprobar cómo a Rajoy le costaba llenar el coso de Las Rozas, tradicional granero de votos. "Estábamos muy agobiados con la gente que estaba de pie y que no se sentaba", llegó a reconocer públicamente Esperanza Aguirre al ver asientos vacíos. En las primeras filas, los líderes del partido reconocían desconocer qué pasará la noche electoral. "La incertidumbre es muy grande. Con cuatro partidos en liza, no puedo hacer un diagnóstico", fue la contestación de un cargo muy próximo al presidente. "Yo creo que hay que arriesgar. El presidente se equivocó al no ir al debate a cuatro", precisó otro dirigente regional.
En vísperas del cara a cara con Pedro Sánchez, Rajoy ni tan siquiera le mencionó. El PP cree que el rifirrafe marcará un punto de inflexión y ayudará al candidato a acercarse al 30% de los votos. "Ése es el objetivo", enfatizaron no pocas fuentes consultadas. En los últimos días, los asesores del presidente aseguran que se va subiendo "un poco" en los sondeos, pero que todavía no se ha conseguido alcanzar esa meta.
En el mitin, el candidato quiso lanzar una idea central que ya apuntó en jornadas anteriores: "Hay programas que son papel mojado porque no se presentan para gobernar sino para ver si suman con otros. Da igual que sus ideas sean distintas o sus propuestas no tengan nada que ver, sólo coinciden en una cosa, que es echar a la lista más votada. Quieren que no gobierne el PP pero, desde luego, el PP va a ganar y va a gobernar", sentenció.
Para Rajoy, el pacto de perdedores es una realidad que ya se está gestando. "El derecho al voto no está completo", se quejó, reclamando a sus rivales que aclaren su política de pactos. Y siguió metiendo miedo: "Lo hemos visto en muchos lugares. Hay que andar con mucho cuidado a la hora de ver a quién se vota" porque "puede encontrarse con que se vota a un candidato y quede elegido a otro".
"Tijeretazo" en la concertada
En Madrid, donde el PP pasaría de 19 a 11-12 escaños según la última encuesta de Sigma-Dos, Rajoy alerto acerca de un Ciudadanos más próximo al PSOE y a Podemos de lo que los españoles consideran. Y puso como ejemplo "el tijeretazo a la educación concertada" en la ciudad, con los votos a favor de esas tres formaciones. "Dicen defender una cosa y luego acaban votando todo lo contrario. Es importante la claridad", se reafirmó una vez más.
Frente a ello, Rajoy ofreció su experiencia. "Es buena en la vida para todo. Al único que no le gusta es porque no la tiene", dijo, provocando la carcajada de los suyos. Más vehemente que nunca, volvió a poner en el foco en Albert Rivera, aunque sin citarle. "Hay partidos que empiezan y acaban con su candidato", dijo de él. Cristina Cifuentes se puso de perfil, toda vez gobierna gracias a Ciudadanos, mientras que Aguirre se sumó al ataque: "Parecen girasoles que van girando en función de cómo brille el sol de las encuestas. Dicen ser la regeneración, pero más bien parecen una planta de reciclaje de residuos políticos", destacó.
El golpe de efecto llegó con la presencia del padre de Leopoldo López, que le valió a Rajoy para exigir libertad en Venezuela ante una gran ovación del público. "Está aquí porque defendemos la independencia de los periodistas, la libertad y los derechos humanos", enfatizó el presidente, que reclamó que todos los presos políticos sin excepción pasen la Navidad "en casa junto a sus familias".
Rajoy, que recordó a los policías fallecidos en Kabul (Afganistán) y reclamó la unidad de todos frente al terror, se encerrará a partir hasta el lunes por la noche en su despacho de La Moncloa para preparar el debate con Sánchez. Jorge Moragas, Soraya Sáenz de Santamaría y Pedro Arriola serán parte de su equipo de asesores. Si bien, en el coso, más que el líder socialista, el que preocupaba era Rivera. Y volvieron a repetirse los interrogantes: "No tengo ni idea de lo que va a pasar el 20D", confesó un ministro.