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Mas se vende a la CUP en plena insurrección de la Generalidad

La vicepresidenta Munté replica al TC que sólo acatarán órdenes del 'Parlament' y Mas ofrece a la CUP una presidencia "coral".

La Generalidad se mantiene en la sublevación. La resolución del Tribunal Constitucional ha sido replicada con una manifiesta declaración de intenciones. No obedecen y persisten el plan separatista. Sin retorno. La encargada de lanzar el mensaje fue la vicepresidenta de la administración autonómica, Neus Munté, una de las candidatas puestas sobre la mesa por los antisistema para relevar a Mas. Munté se atuvo al "mandato democrático del 'parlament'".

El "proceso" continúa, remachó la dos del gobierno regional. Insurrección total. El plan de "desconexión" sigue vigente. Cataluña es desde el lunes una "república independiente" en la que no cuentan ni la ley ni los tribunales. La proclama separatista es la legalidad actual en Cataluña. Mariano Rajoy ha anunciado que "el Gobierno actuará". La respuesta de la Generalidad le obliga. Según Munté, el "marco catalán" de los separatistas les conmina a seguir adelante, así como la primera votación de la XI legislatura autonómica en la que se dio por aprobada la soflama.

El gesto de la Generalidad ha satisfecho e incluso sobrecogido a algunos de los diputados más escépticos de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), de quienes depende la suerte de Mas en la región autoescindida. Tres horas después de su reunión con el presidente en funciones, la Generalidad salía en tromba dando prueba de su compromiso con el golpe revolucionario. Antes, Mas les había dado a los antisistema un cheque en blanco: reducir todas las atribuciones del presidente de la Generalidad a favor de Junqueras, líder de ERC; Romeva, número de uno de la plataforma Junts pel Sí; y Munté, a cargo de los "asuntos sociales".

La oferta es ilegal incluso desde el punto de vista catalanista: la Generalidad sólo puede tener un vicepresidente y el presidente tiene funciones ejecutivas. Ningún problema. Los antecitados presidirían "comisiones de gobierno" y Mas quedaría como un "florero", cerca de lo que está dispuesta a aceptar la CUP. No hay líneas rojas en la entrega de Mas a los antisistema. Todo el poder para ellos. Lo que quieran y necesiten.

El día comenzó con la excarcelación del tesorero de Mas y Convergencia, Andreu Viloca. El partido aflojó los 250.000 euros de fianza y el contable salió a la calle. Siguió con la reunión en el Palacio de la Generalidad. Cumbre al más alto nivel. De un lado, Mas, Junqueras, Marta Rovira, (dos de ERC) y Josep Rull (dos de CDC). A estas horas es imposible de confirmar si Romeva también asistió. Del otro, el tridente cupero, Antonio Baños, Anna Gabriel y Benet Salellas.

La reunión secreta, desvelada

Mientras tanto, los diez diputados de la CUP, un partido antisistema y referente batasuno en Cataluña, no sueltan prenda, por lo que habrá que esperar a este jueves, a partir de la diez de la mañana, para constatar si la última oferta de Artur Mas, aspirante a reeditar presidencia, ha roto la férrea negativa de los parlamentarios cuperos.

Mas sólo necesita el voto de dos de ellos –y la abstención de los restantes- para resultar elegido en segunda ronda. O el de dos diputados de Catalunya Sí Que Es Pot -la marca local de Podemos. Convergencia llama a todas las puertas en una actividad frenética. El diputado más veterano de la CUP, Julià de Jòdar, ya se mostró partidario de avalar a Mas y participar en lo que hace un par de semanas se denominó un "jodarazo". Y el más joven de la cámara regional, Joan Giner, podemita, se ha despachado a gusto contra la posición de su propio partido de no votar a favor de la soflama separatista y del propio Artur Mas.

Se dan las condiciones perfectas para que el líder convergente resulte elegido en una sesión bullanguera, con un fallo por unanimidad del Tribunal Constitucional en contra del "proceso constituyente" separatista. Los nacionalistas se aferran a que el debate en el seno del Constitucional ha sido más largo de lo previsto y mantienen su agenda rupturista. Este miércoles, Mas ha recibido en el Palacio de la Generalidad a tres diputados de la CUP, Antonio Baños, Anna Gabriel y Benet Salellas. Les ha concedido todo y más, un programa más agresivo que el de Syriza, las peticiones "sociales" habidas y por haber y hasta un formato de presidencia coral en el que él mismo tendría un papel decorativo, tipo ‘florero’.

La "oferta" del ‘president’

En concreto, la oferta consiste en nombrar tres vicepresidentes al gusto de los antisistema. Oriol Junqueras se haría cargo de la gestión económica del gobierno republicano, Raül Romeva -el deseado por la CUP- asumiría la cartera de Exteriores con rango vicepresidencial y Neus Munté -la segunda opción de los antisistema- mantendría su cargo de vicepresidenta y las atribuciones en políticas sociales. En ese organigrama, Mas se vende de jarrón chino a modo de presidente de honor de la sublevación y escudo humano ante la instituciones del Estado. Los tres diputados antisistema llegaron antes de las cuatro a ‘Palau’ y salieron a las seis de la tarde sin hacer declaraciones.

Sorprendió la presencia de Baños, quien por la mañana había estado ilocalizable -no asistió a una cita en la radio de La Vanguardia- y "resucitó" al cabo de unas horas para anunciar, literalmente, que no había sido detenido sino que se encontraba en cama con fiebre. A la salida del "discreto" encuentro su apariencia era igual que la de la víspera.

Las negociaciones continúan en un tráfico de llamadas, mensajes y contactos personales. La impresión en los medios y círculos nacionalistas es de pesimismo, aunque la reunión de la tarde del martes al máximo nivel y el mutismo cupero hayan provocado una cierta esperanza de resolver el debate de investidura sobre la campana, en el tiempo añadido, tal como acostumbra el presidente de la Generalidad en funciones a forzar sus acuerdos "históricos". Juega en contra de la operación para salvar a Mas el amplio plazo disponible para negociar. La fecha límite es el 9 de enero, dos semanas y media después de las elecciones generales del 20-D.

Unanimidad constitucional

En el aire planea además la resolución del Constitucional apercibiendo a 21 "presuntos" responsables del golpe, la presidenta de la cámara, Carme Forcadell, el propio Mas, su gobierno en pleno -partido en dos por las cesiones a los antisistema- y los miembros de la mesa del parlamento, entre los que se cuentan el diputado de Ciudadanos José María Espejo-Saavedra y el socialista David Pérez. Sobre todos ellos pesa el riesgo de suspensión de funciones e inhabilitación.

En Junts pel Sí las grietas son más que evidentes. Junqueras calla, Romeva no se descarta para presidir la Generalidad insurrecta y Mas sólo cuenta con el desesperado apoyo del núcleo duro de Convergencia, cada vez más reducido. Si no obtiene la presidencia este jueves, le quedan tres alternativas: inmolarse, seguir negociando y, expirado el plazo, convocar otras elecciones autonómicas. La última opción es la más plausible, según el entorno del ‘president’, aunque no renuncian de ninguna manera a que Mas repita merced a dos "deserciones" de la CUP.

Respuesta de la Generalidad

No hay vuelta atrás, la "hoja de ruta" separatista se mantiene a pesar de la resolución constitucional. La encargada de replicar al TC fue la vicepresidenta en funciones de la Generalidad, Neus Munté, quien afirmó que en Cataluña se obedecerá al "Parlament" y no al alto tribunal. La insurrección es manifiesta.

La "idea" es "tirar adelante el contenido de la resolución" separatista, declaró Munté. El argumento central es que todo ha sido "legal" hasta el momento. Tanto la sesión extraordinaria para proclamar el "inicio de un estado catalán independiente en forma de república" hasta la votación. "Estamos cumpliendo y seguiremos cumpliendo el mandato de un parlamento soberano", concluyó Munté en una improvisada rueda de prensa. El desafío se mantiene, con Mas en funciones o con lo que sea que pase a partir de ahora en la cámara autonómica.

El gesto de la Generalidad ha causado sensación y ha ablandado a la CUP, cada vez más presionada para desencallar la "legalidad catalana". El acuerdo con los antisistema, según Convergencia, está más cerca, a punto de caramelo. Mas cede en lo que haga falta y más allá. Falta por dilucidar si será este jueves o más adelante cuando resulte reelegido. Y queda por saber también cómo reaccionará el Gobierno de Rajoy ante la persistencia de la Generalidad en su golpe de Estado.

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