Ambiente discotequero en el cierre de campaña socialista. En la sala Valkiria de Barcelona: tubos de neón, focos, barra de cocktails y música ochentera pusieron el broche final a la campaña de un candidato del PSC, Miquel Iceta, cuyo amargo éxito es el de haberse atrevido a bailar a ritmo de Queen en sus mitines. Amargo porque, reconocen en su equipo, no es su discurso moderado ni su reforma constitucional la que le ha abierto un hueco entre discurso "frentista", entienden en el PSOE, de PP y Juntos por el Sí. Pero éxito, al fin y al cabo, porque constatan que ha sido esta aptitud de Iceta la que ha despertado un efecto sorpresa en el electorado potencial del PSC en la última semana de campaña.
Los socialistas que el año pasado aparecían relegados a la quinta fuerza, comenzaron la campaña como cuartos por detrás de Ciudadanos y la plataforma de Podemos e ICV, Cataluña sí se puede. El baile marcó un antes y un después. Es, según dicen "el banderín de enganche" gracias al cual el votante "ha visto al auténtico Miquel: un político honrado, pero también natural ,valiente, risueño y alegre".
Así explican que la evolución de sus perspectivas electorales de campaña haya comenzado a subir en ésta segunda semana, según sus propios sondeos, que "siempre han sido mejores que los publicados". "Hemos ido de menos a más", dicen al describir "euforia contenida" que se explica con la segunda sorpresa: el voto que están recuperando viene de Podemos. Algo que desvelan con cautela pero con gran satisfacción. La dirección airea una conversación de Pablo Iglesias en la que el líder de la formación de los círculos habría dicho: "que no entiende a Cataluña, que no sabe qué está pasando". Palabras que airearon con disimulo los intervinientes en el mitin de cierre en Barcelona y que han insuflado más ánimo aún en ambas direcciones socialistas de PSOE y PSC.
#Iceta lo peta
Era el hastag con el que los socialistas quisieron abrir boca en su cierre de campaña. #Icetalopeta fue el lema que imprimió la dirección del PSC en las camisetas, caricatura incluída de Iceta para acudir a su llamada: "Vení a ballar amb Miquel Iceta", rezaba al lado de un candidato que atraía con su dedo índice a la pista. E Iceta lo petó. Más una fiesta que un mitin, su broche final de campaña comenzó pasadas las 20:30 horas con un baile en la pista de la sala Valkiria. Tras varios ritmos ochenteros, los discursos. Primero, de Pedro Sánchez avivando y justificando el sorpresivo interés del votante en su candidato por Cataluña:
"Hemos tenido la gran sorpresa de ver como Miquel Iceta es un bailón... En este mundo de la política tan antiguo y antipático de ver a la gente siempre enfadada, se puede hacer política de fundamento a ritmo de Queen y de Tina Turner. Se puede hacer política con sustancia sin perder la sonrisa". El líder del PSOE reconocía un tanto incómodo y timorato que "Yo era mas de barra que de pista aunque hemos hecho buena pareja". Y tras reconocer que "esto de mover las caderas lo hago un poco mal" y desvelar que después de los mitines con el primer secretario del PSC, "me iba a ensayar" a la habitación del hotel", pidió a Iceta que le ensañara el paso que ha copado todas las cadenas de televisión.
Algo que Iceta hizo entregado en el turno final, pero después de un discurso bastante más solemne, centrado en el desgobierno de Artur Mas y en la proyección del PSOE como única alternativa: "Ni el PP ni Ciudadanos serán esta alternativa que requiere de un cambio en el conjunto de España. Todos los que queráis derrotar al independentismo en las urnas, la opción es clara: ¡¡¡nosotros!!!".
Y concluyó diciendo: "Yo quiero ser presidente de la Generalitat. Lo que está en juego son: o cuatro años de guerras de banderas o 4 años de soluciones socialistas. ¡¡No nos embarquemos en una aventura que puede acabar muy muy mal!!", dijo un candidato que parecía destinado a enterrar al PSC y que, sin embargo, ha acabado retroalimentado su ánimo con un público que se iba pero que ha querido quedarse -de momento- para ver bailar a un candidato electoral.