A través de un comunicado de tres párrafos de la Secretaría de Estado de Comunicación, y a las diez de la noche. Mientras Mariano Rajoy aún seguía participando en Bruselas en el Consejo Europeo, el Gobierno hizo público que Íñigo Méndez de Vigo, hombre de confianza del presidente, es el nuevo ministro de Educación, Cultura y Deportes.
Era el ajuste que el jefe del Ejecutivo dejó entrever en sus últimas declaraciones públicas, remarcando que "no es lo que se entiende como una crisis" de Gobierno porque no afecta al núcleo duro del gabinete ni tampoco a la hoja de ruta mantenida en la presente legislatura. Rajoy no toca nada más, por lo que Soraya Sáenz de Santamaría sigue siendo vicepresidenta y portavoz del Gobierno. Voces del PP también sugirieron otras salidas, como la de Cristóbal Montoro.
Rajoy comunicó su decisión a Méndez de Vigo la misma tarde del jueves, en los márgenes de un Consejo Europeo, ya que hasta hoy era miembro habitual de la delegación diplomática. Al Rey Felipe VI le informó poco después, según se desprende del comunicado de Moncloa. Tras ello, el presidente firmó los reales decretos de nombramiento y cese, que fueron enviados vía e-mail a Zarzuela.
José Ignacio Wert pidió hace semanas a Rajoy que le sustituyera del cargo por motivos personales. Se barajó la posibilidad de que fuera nombrado embajador ante la OCDE, pero dicho extremo no está confirmado.
El nuevo ministro, que hasta ahora venía ocupando la Secretaría de Estado para la Unión Europea, tomará posesión de su nuevo cargo el viernes por la tarde, coincidiendo con la publicación en el BOE. En la breve nota difundida a los medios de comunicación, el presidente ha agradecido a Wert su tarea al frente del departamento y, singularmente, "su determinación" en la elaboración de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE).
Fue un anuncio de tapadillo; cuando los informativos de las televisiones ya habían terminado y los periódicos estaban cerrando sus ediciones. "Surrealista", fue el comentario de un alto cargo del PP nada más conocer la noticia. "Íñigo es Rajoy, un hombre de su entera confianza", corroboraron oficiosamente desde la Moncloa, donde descartaron más cambios.
Alrededor de las once, con los jefes de Estado y de Gobierno todavía deliberando y con Grecia como principal quebradero de cabeza, Méndez de Vigo se acercó a los periodistas para considerar "un gran honor" el cargo y agradecer la confianza que en él ha depositado el presidente. Con Wert tuvo una charla "muy distendida" y, según explicó, Rajoy no le ha pedido aún nada de su nueva responsabilidad. "No es un marrón", esquivó.
Por su parte, el presidente optó por el silencio. Los periodistas le esperaron al término de la primera sesión de la cumbre europea, que concluyó al filo de las tres de la madrugada. "Mañana hablamos", respondió a las preguntas de los informadores. Este viernes comparecerá en rueda de prensa.