La estabilidad o el caos. La consolidación de la recuperación económica, con una creación de empleo que irá a más, o la vuelta a la inestabilidad. En síntesis, ése es el aviso que el presidente lanza cada vez que se sube a un mitin. El veredicto del 24 de mayo va a condicionar "los próximos veinte años de la vida española", según María Dolores de Cospedal. Y, ante tal hecho, Mariano Rajoy aseguró que el PP "es la garantía contra los populismos y radicalismos tan de boga hoy". "¡Sabemos sacar las castañas del fuego!", resumió en Zaragoza.
En privado, el jefe del Ejecutivo transmite optimismo porque, arguye, la campaña le está yendo bien. "Estamos recuperando votos día a día", afirma su entorno. Pero los resultados de dentro de cinco días estarán lejos de los cosechados hace cuatro años. Y de ahí que, en esta recta final, se busque casi a la desesperada la reconciliación con el votante descontento. Desenmascarando a los candidatos locales de Ciudadanos, pero también -y principalmente- repitiendo que sólo con el PP la estabilidad, económica e institucional, está salvaguardada y sacando a los militantes a la calle.
"Prolifera de todo y por doquier", alertó Rajoy, para desdeñar a los partidos emergentes. Principalmente a Ciudadanos, que es el que le roba más votos aunque "se haya estancado", según los estrategas populares. "Nosotros no somos una pandilla ni una moda pasajera", afirmó. "Llevamos muchos años pateando la calle y dando la cara", defendió la marca PP, no sin recordar que es "el único" partido que se presenta en toda España, en grandes y pequeños municipios.
En Zaragoza, se dio un baño de masas. En el mismo escenario donde tomó la palabra José María Aznar una semana antes, el presidente rebosó las previsiones y tuvieron que colocar más sillas ante la afluencia de gente. Fueron 3.500 asistentes, según la organización. Y, ante ellos, imploró ayuda a la militancia para lograr una movilización masiva. "Tenemos que ganar todos los votos y con toda la fuerza llegar hasta el último rincón y contarle a la gente lo que está pasando", instó Rajoy.
"Cada voto al PP es un voto para seguir avanzando y no volver atrás, para continuar en la creación de empleo y consolidar las pensiones y la sanidad", expuso Rajoy, para quien cualquier otra opción atraerá los nubarrones. "Cada voto que no consiga el PP será un voto perdido para el empleo", insistió. Y volvió a pedir ayuda, como también lo hizo una enérgica Luisa Fernanda Rudi: "Hay que pelear el voto, todos los que estamos aquí, y desparramarse por Aragón".
Ataque doble a Pedro Sánchez
Si bien, a cinco días de las elecciones, Rajoy puso también el foco en el PSOE y en su secretario general. A su juicio, es "profundamente injusto" que Pedro Sánchez hable de pactar "con todos salvo con el PP y con Bildu". "Supone ningún reconocimiento a la trayectoria de tantas personas del PP que dieron la batalla en la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos aquí, en el País Vasco, y en todos los lugares", dijo por la mañana en Pamplona. Y le recordó que en Asturias gobiernan gracias a los populares.
En Zaragoza, siguió con el ataque. Cabe recordar que, según las encuestas de Génova, el PSOE también está viendo mejorados los resultados en campaña. Rajoy denunció "las políticas socialistas arcaicas y trasnochadas" de las que "hay que escapar". Y comparó los datos de empleo de la última etapa de José Luis Rodríguez Zapatero con los suyos. "Somos el referente de la estabilidad y de la eficacia, nos entregaron un país al borde del abismo y hoy presentamos un país que es el que más crece de Europa", sentenció.