Ada Colau es la favorita, según los sondeos, en las elecciones municipales de la segunda mayor ciudad de España, Barcelona, de la que puede ser la próxima alcaldesa si nada lo remedia.
La entrevista es de Emilia Landaluce, que trata de desmontar algunos aspectos del programa –y el mito- de la activista devenida en política que admite tener "amigos con gran capacidad económica" y que explica que lo suyo "no es una cuestión de pobres contra ricos, sino de quien quiera sentirse orgulloso de ser una ciudad justa".
Colau incluye una curiosa referencia a la picaresca: "El relato de que la sociedad es pícara parte de quienes nos gobiernan para justificar que la corrupción es porque somos corruptos", dice Ada olvidando a Quevedo y al Lazarillo de Tormes.
La alcaldable lamenta el caso Pujol y que el expresidente "se permita menospreciar y maltratar como si fueran niños a representantes de la ciudadanía", no sabemos si eso es mejor o peor que llamar "criminales" a los bancos como hizo ella en la intervención parlamentaria que la hizo saltar a la fama.
Dado la situación política en Cataluña es imposible no preguntarse si Ada Colau es o no nacionalista. Lo que no es imposible es que la candidata se salga por peteneras en la respuesta: "No soy independentista. Ni catalana ni española -¿independentista española?-. Estoy por superar las fronteras porque sólo existen para la gente pobre".
La entrevista tiene también su cuota de amenazas a las multinacionales, apuesta por industrias peculiares como "la de la bicicleta" y, por supuesto, entra en uno de los aspectos más polémico de su programa, las okupaciones: "No debería haber ningún inmueble vacío. Si hay una vivienda libre y una familia entrara no hay que dar una respuesta policial, sino mediar para convertir esa casa vacía en un alquiler social". Eso sí, "todo el mundo tiene pagar" pero se hará "en función de las rentas".
¿Y cómo conseguir que los bancos cedan sin problemas sus pisos para esos alquileres sociales? Ada tiene el secreto: "Les interpelaré de forma positiva", explica.
Para terminar, Colau explica que si los Urdangarín tienen vacío el famoso palacete de Pedralbes "habrá que hacer que cumpla su función social también".