Ya lo dijo ante el Gobierno prácticamente en pleno, la cúpula nacional y varios e importantes barones autonómicos. Pase lo que pase el 24 de mayo, Mariano Rajoy pretende concurrir a las elecciones generales como cabeza de cartel del PP. "Quiero ser candidato y confíen en mí, les irá bien", avisó, provocando la carcajada del auditorio. Una intención que mantiene intacta a pesar de la demoledora encuesta del CIS a pocas horas del inicio de la campaña electoral. De hecho, según su entorno, no dudará en "resistir" si lo que predice el estudio acaba convirtiéndose en realidad dentro de quince días.
Según cargos próximos al presidente, el escenario que dibuja el CIS no es tan catastrófico. La noche electoral, el PP sacará un mapa de España bañado del color azul, como hiciera hace cuatro años la hoy defenestrada Ana Mato, entonces vicesecretaria de organización. "Vamos a ser la primera fuerza política en todas partes a excepción de Extremadura", según la primera lectura que hicieron en Génova -Rajoy, claro, lleva ya días analizando los resultados hoy revelados a la opinión pública-. A lo que la dirección nacional añade que podrán mantener gran parte del poder institucional.
Aun poniéndose en el peor resultado –que, dicen, nunca superará al del CIS-, el entorno de Rajoy considera que podrá mantener prácticamente la misma cuota de poder, excluyendo Extremadura, que preocupa bastante. "Ciudadanos dejará gobernar a la lista más votada", auguran, porque acercarse al PSOE y demás fuerzas de izquierda "sería un tiro en el pie de cara a las generales". Ahora bien, añaden, no será una legislatura nada fácil: "Habrá que pactar todos los días y negociar mucho" porque "el tiempo de las mayorías absolutas ha pasado".
Partiendo de este contexto, la dirección nacional transmitió cierto sosiego sobre determinadas plazas. Así, pese al CIS, dan por descontado que La Rioja y la Región de Murcia finalmente serán gobernadas sin necesidad de pactar. Y, según las encuestas internas del PP, en Castilla-La Mancha están rozando el número de escaños necesario para no depender de nadie. "No me he vuelto idiota de repente. Que María Dolores de Cospedal pierda la mayoría absoluta será un revés muy grande, pero creemos que no está tan lejos como algunos piensan", en voz de un alto cargo popular. Internamente se ha puesto el listón muy alto para ella: "O mantiene Toledo o se tendrá que ir a casa", se repite en los círculos populares.
En privado, en conversaciones informales, el presidente desprende total tranquilidad, como si supiera algo que a los demás se les escapa. "Vamos a ganar", transmite a sus barones. Si bien, en determinados territorios, la conmoción es total tras el CIS. Principalmente en la Comunidad Valenciana, donde el caso de Alfonso Rus ha dejado noqueada a la formación. Pero también en las Islas Baleares, donde José Ramón Bauzá observa cómo la mayoría absoluta cada vez parece más lejana. Para intentar recuperar al votante tradicional, este mismo domingo Esperanza Aguirre hará campaña con él en Palma de Mallorca.
"El CIS ha sido un mazazo, pero tenemos que trabajar para darle la vuelta. La calle nos dice otra cosa, pero está muy difícil. Ciudadanos nos está haciendo un daño enorme", es el resumen de un candidato con mando en plaza en una gran capital. En Madrid, pese al CIS, Aguirre cree que la tendencia es alcista, pero las alarmas llevan sonando desde hace días en el caso de la Comunidad, porque Cristina Cifuentes no acaba de despegar.
Rajoy: "Hay que insistir en el empleo"
Hecha la radiografía, la dirección nacional intentó insuflar ánimos asegurando que en campaña PP y PSOE suelen centrar la atención, por lo que el elevado número de indecisos acaba decantándose por estas formaciones. "Creemos que Ciudadanos ha tocado techo y, como Podemos, ahora bajará un poco", según un cargo próximo al presidente. "Vamos a ser la primera fuerza política en mayo y vamos a seguir garantizando la estabilidad en buena parte de las instituciones de nuestro país", se presentó en Málaga un Rajoy que dijo estar seguro de la victoria.
A pocas horas de la pegada de carteles, el jefe del PP evitó una mención directa a Ciudadanos para cargar contra las "ocurrencias" que –alertó- pondrán en riesgo la recuperación económica. "Nos no nos presentamos a las elecciones para hacer coaliciones con cuatro o cinco partidos", añadió en una crítica velada a los emergentes. Pero poco más. "Hay que insistir en el empleo", fue su llamamiento, tras visitar un vivero en la localidad limítrofe de Alhaurín de la Torre. Y se preguntó, tras recordar los buenos datos de empleo relativos al mes de abril: "¿Quién lo iba a decir en el año 2012?".