"Un Pacto del Tinell a la murciana". De esa manera tan descriptiva se empieza a conocer ya el acuerdo alcanzado por los principales rivales del PP (PSOE, IU, Podemos, Ciudadanos y UPyD), en virtud del cual, los cinco partidos se comprometen a no permitir un Gobierno popular en caso de que el partido de Rajoy no alcance en Murcia la mayoría absoluta en las elecciones del próximo 25 de mayo.
Los representantes de los cinco partidos han acordado una serie de medidas destinadas a la "regeneración política de la región de Murcia", entre las que se incluye la negativa a "establecer acuerdos de Gobierno ni de investidura con partidos políticos que cuenten entre sus cargos públicos con imputados (o figura legal equivalente) por delitos de corrupción". Se trata de un mensaje claro en referencia al Partido Popular, cuyo candidato, Pedro Antonio Sánchez, está siendo investigado por la construcción de un auditorio en el municipio de Puerto Lumbreras cuando era alcalde.
Sánchez ha recibido en los últimos años una auténtica lluvia de querellas por parte del PSOE local, la mayoría de las cuales fueron desestimadas por los tribunales. El pasado mes de febrero, el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia archivó la última de estas querellas por presunta prevaricación, aunque queda pendiente todavía su decisión sobre el asunto del auditorio, un edificio que fue recepcionado por el Ayuntamiento sin que, al parecer, estuviera acabado del todo.
Con este pacto entre las cinco principales fuerzas políticas murcianas, la única manera de que el Partido Popular siga gobernando la región de Murcia sería a través de una victoria por mayoría absoluta, algo que la mayoría de las encuestas ponen seriamente en duda.
El acuerdo alcanzado por la izquierda murciana, con el apoyo de UPyD y Ciudadanos, incluye el compromiso de modificar la ley electoral para reducir a una sola circunscripción las cinco existentes en la actualidad. Esta distribución territorial, sin duda excesiva en una comunidad uniprovincial, fue impuesta por el PSOE a comienzos de los años ochenta del siglo pasado entre las protestas de la UCD y la AP de entonces, al constatar que esta fragmentación garantizaría la mayoría absoluta de los socialistas. Así ocurrió hasta 1995, cuando Ramón Luis Valcárcel llevó al PP murciano a su primera victoria en la región por mayoría absoluta, que posteriormente no ha hecho sino crecer. En la actualidad, los populares cuentan con 33 escaños en la Asamblea Regional, por 11 del PSOE y 1 de Izquierda Unida.
Los partidos firmantes se comprometen también a aprobar una ley de consultas para que los murcianos sean consultados en referéndum sobre cuestiones de interés general.